¿Dónde están las mujeres con discapacidad?
Siempre hay algo en lo que deconstruirse, todas somos sacos de prejuicios, más vale admitirlo para poder cambiarlo.

Hoy, que es día de celebrar y reivindicar, es también un día para ser críticas con nosotras mismas. Escucho estos días a Asaari Bibang en No hay negros en el Tíbet, un podcast al que estoy dedicando tiempo para limar mis actitudes racistas inconscientes y ejercitar mi empatía, que es un músculo que nunca conviene dejar de entrenar. Siempre hay algo en lo que deconstruirse, todas somos sacos de prejuicios, más vale admitirlo para poder cambiarlo. Asaari, junto a otras mujeres negras como Sara Bourehiyi o Adriana Boho, comentaba que no se sentían interpeladas con frecuencia por el feminismo imperante en España, de mujeres blancas y de clase media, que aunque es cierto que intenta mejorarlo cada vez en mayor medida, no termina de abrir el objetivo de una forma más panorámica e incluyente en España.
"Pienso mucho en la fragmentación de una lucha muy compartida. Uno de los riesgos más grandes es que perdamos esa capacidad de empatizar con la forma en que una mujer piensa en su libertad, que a lo mejor no es como la nuestra. Una mujer que tiene una serie de privilegios y tiene su lucha, está lejos a la vez de una mujer que no tiene esos mismos recursos. Hay mujeres que pueden avanzar tan rápido... mientras otras siguen intentando dar un paso hacia adelante", reflexionaba recientemente Daniela Miranda, una de las ganadoras de los premios Avanzadoras que organizan 20minutos y Oxfam Intermón, psicóloga social e investigadora de la Universidad de Sevilla que trabaja con y por las mujeres gitanas.
Concha Díaz, mujer con discapacidad y presidenta de Fundación Cermi Mujeres, reconociendo recientes éxitos, pasos en la dirección correcta, comenta por su parte en una entrevista publicada hoy en Capaces que, "a pesar de estos avances, seguimos enfrentando el problema de la escasa presencia de mujeres con discapacidad en posiciones de liderazgo. No estamos en los gobiernos, en las Cortes Generales, en los partidos políticos, ni en los consejos de administración de empresas. Incluso dentro del tercer sector, es raro ver a mujeres con discapacidad en cargos de dirección. Este es uno de los retos que más nos preocupa y en el que seguimos trabajando".
"El feminismo anticapacitista es un feminismo que mira por los cuerpos discapacitados, de las mujeres discapacitadas. Es un feminismo que debería empezar a hablar también sobre la violencia asistencial, o las violencias de género que sufren mucho más las mujeres discapacitadas", explica la influencer Oyirum, que afirma que el feminismo tiene una deuda pendiente con las mujeres con discapacidad.
¿Dónde están las feministas con discapacidad? La mayoría en sus casas, estoy convencida. Igual que otros colectivos que no se acaban de ver representados, cuyas problemáticas sienten alejadas de los lemas de las pancartas, a las que tomar la voz cantante no les resulta nada sencillo. ¿Dónde están las mujeres gitanas? ¿Dónde están las negras, las asiáticas, las musulmanas?.
Hoy, 8 de marzo, con tantos nubarrones en el horizonte que ningún derecho se puede dar por sentado, consciente también de que al sumar voces siempre se multiplican las dificultades, siento que uno de los objetivos clave del movimiento feminista debería ser trabajar en esa inclusión, ampliar la mirada, abrir los brazos y huir del reparto de carnés. Porque la manera de crecer es cuestionarse y no enrocarse, a nivel individual y colectivo. Para mejorar hay que mirarse con un ojo crítico, siempre con amabilidad y con un espíritu positivo, el talante con el que está escrito este texto, y nunca pensar que lo nuestro es el todo.