Desafíos renovados: cómo alinear el ahora con el futuro

"El presente es solo un instante entre el pasado y el futuro", decía Albert Einstein. Este gran concepto nos permite organizar claramente los momentos que vive la Argentina. Tomemos como pasado el primer año de gestión de Milei, un período que nos dejó resultados más que alentadores y positivos en lo que hace al ordenamiento de una economía que estaba al borde de la crisis.El presente nos muestra un escenario en el que la inercia ya no basta y las empresas esperan nuevas señales y medidas para anclar las expectativas. Los mercados no dan vueltas, hablamos del FMI, del cepo, la institucionalidad y si las elecciones de octubre convalidarán el nuevo rumbo.Javier MileiFinalmente, el futuro nos pone cara a cara con el desafío de la productividad. En esencia, el reto será cómo integrar esos tiempos: la rápida estabilización de la economía y la dinámica más profunda, más compleja de las reformas estructurales que nos permitirán ser competitivos.Veamos en detalle cómo viene la batalla de las expectativas, el ruido en el corto plazo y las tensiones para alinear el porvenir. 2024 cerró con dos resultados muy destacados: se logró contener la inflación y tener superávit fiscal. No obstante, en el comienzo de este año observamos dificultades para poder capitalizar estos hitos.La incertidumbre global con la posible guerra de aranceles provocada por Trump abre un escenario para el balance de divisas que genera dudas o, mejor dicho, no muestra el margen de maniobra deseado. Adicionalmente, los errores no forzados del gobierno exponen a un Milei que, por primera vez, no ejerce el dominio único de la agenda.INDEC Alerta para Milei: el uso de capacidad instalada en la industria ya acumula un trimestre de caída Este combo impacta en el corto plazo y en mercados muy sensibles con el devenir argentino: se frena la baja de tasas y la reducción del riesgo país, el esfuerzo para mantener la brecha aumenta en el margen, al igual que la caída en los depósitos en dólares.¿El ruido en el corto plazo se explica proporcionalmente por estos motivos? Los efectos para nuestro país de la política arancelaria de Trump y un escenario más hostil para el comercio internacional son materia de discusión, probablemente traiga más oportunidades y beneficios que pérdidas o dificultades.Respecto a lo político, los analistas acuerdan que el mapa electoral sigue con perspectivas favorables para el gobierno y la oposición continúa sin mostrarse competitiva.EE.UU. Trump cancela la duplicación de aranceles al acero y aluminio de Canadá tras nuevas negociaciones Ahora, al llegar al entramado puramente macro, la estabilización de las expectativas parece ser más dificultosa. El nuevo acuerdo con el Fondo dará un respaldo importante a una trayectoria sin sobresaltos de menos cepo, sin salto devaluatorio, sin retroceso en logros inflacionarios.Esta es la respuesta intuitiva para el corto plazo, que desde ya puede ser un catalizador importante para avanzar hacia el futuro. Esto es volver a los mercados internacionales. Es nada menos que recuperar el acceso al financiamiento voluntario en los mercados externos y ganar así grados de libertad en el manejo de la deuda.Si esto ocurre, las tasas de interés y la calidad de los bonos domésticos estarían menos presionadas, y eso daría oxígeno para una mayor expansión del crédito al sector privado.Pesos "Las usan mis hijos": las 3 mejores inversiones para hacer rendir tus ahorros que recomienda Claudio Zuchovicki Los beneficios se verían rápidamente en todo lo que nos importa: la inversión, el consumo durable, el nivel de actividad y el empleo.PRODUCTIVIDADLas conexiones cambiarias y de la economía real no se terminan acá, sino que el acuerdo con el Fondo despejaría por completo el futuro cercano y en la batalla de las expectativas ganaría fácilmente el ancla "oficial".La creciente centralidad sobre el nivel del tipo de cambio, su sostenibilidad y sus implicancias contienen el desafío de hacer converger el lugar a donde vamos con los caminos que, efectivamente, estamos transitando.Decisión oficial El Gobierno creará un fondo de emergencia de $ 200.000 millones para los damnificados de Bahía Blanca En alguna medida, los datos recientes sobre empleo y salarios, ya sean registrados o informales, y contemplando las diferentes situaciones sectoriales, son más que positivos en virtud del tamaño de la transformación estructural propuesta.Un reciente trabajo que realizamos en ABECEB nos muestra que más de la mitad del empleo registrado, que representa casi un 60% del "PBI registrado", ya está en expansión. Sin embargo, esta buena noticia aún está atravesada por el efecto rebote, instancia necesaria pero no suficiente para el crecimiento pleno. Esto abre el interrogante de qué determinará si, por fin, saldremos de la depresión.Para vigorizar la productividad, la inversión es vital. Pero también lo es mejorar el capital humano y el progreso técnico. Esto quiere decir innovar e incorporar tecnología, pero también incentivar el c

Mar 14, 2025 - 05:05
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Desafíos renovados: cómo alinear el ahora con el futuro

"El presente es solo un instante entre el pasado y el futuro", decía Albert Einstein. Este gran concepto nos permite organizar claramente los momentos que vive la Argentina. Tomemos como pasado el primer año de gestión de Milei, un período que nos dejó resultados más que alentadores y positivos en lo que hace al ordenamiento de una economía que estaba al borde de la crisis.

El presente nos muestra un escenario en el que la inercia ya no basta y las empresas esperan nuevas señales y medidas para anclar las expectativas. Los mercados no dan vueltas, hablamos del FMI, del cepo, la institucionalidad y si las elecciones de octubre convalidarán el nuevo rumbo.

Javier Milei

Finalmente, el futuro nos pone cara a cara con el desafío de la productividad. En esencia, el reto será cómo integrar esos tiempos: la rápida estabilización de la economía y la dinámica más profunda, más compleja de las reformas estructurales que nos permitirán ser competitivos.

Veamos en detalle cómo viene la batalla de las expectativas, el ruido en el corto plazo y las tensiones para alinear el porvenir. 2024 cerró con dos resultados muy destacados: se logró contener la inflación y tener superávit fiscal. No obstante, en el comienzo de este año observamos dificultades para poder capitalizar estos hitos.

La incertidumbre global con la posible guerra de aranceles provocada por Trump abre un escenario para el balance de divisas que genera dudas o, mejor dicho, no muestra el margen de maniobra deseado. Adicionalmente, los errores no forzados del gobierno exponen a un Milei que, por primera vez, no ejerce el dominio único de la agenda.

Este combo impacta en el corto plazo y en mercados muy sensibles con el devenir argentino: se frena la baja de tasas y la reducción del riesgo país, el esfuerzo para mantener la brecha aumenta en el margen, al igual que la caída en los depósitos en dólares.

¿El ruido en el corto plazo se explica proporcionalmente por estos motivos? Los efectos para nuestro país de la política arancelaria de Trump y un escenario más hostil para el comercio internacional son materia de discusión, probablemente traiga más oportunidades y beneficios que pérdidas o dificultades.

Respecto a lo político, los analistas acuerdan que el mapa electoral sigue con perspectivas favorables para el gobierno y la oposición continúa sin mostrarse competitiva.

Ahora, al llegar al entramado puramente macro, la estabilización de las expectativas parece ser más dificultosa. El nuevo acuerdo con el Fondo dará un respaldo importante a una trayectoria sin sobresaltos de menos cepo, sin salto devaluatorio, sin retroceso en logros inflacionarios.

Esta es la respuesta intuitiva para el corto plazo, que desde ya puede ser un catalizador importante para avanzar hacia el futuro. Esto es volver a los mercados internacionales. Es nada menos que recuperar el acceso al financiamiento voluntario en los mercados externos y ganar así grados de libertad en el manejo de la deuda.

Si esto ocurre, las tasas de interés y la calidad de los bonos domésticos estarían menos presionadas, y eso daría oxígeno para una mayor expansión del crédito al sector privado.

Los beneficios se verían rápidamente en todo lo que nos importa: la inversión, el consumo durable, el nivel de actividad y el empleo.

PRODUCTIVIDAD

Las conexiones cambiarias y de la economía real no se terminan acá, sino que el acuerdo con el Fondo despejaría por completo el futuro cercano y en la batalla de las expectativas ganaría fácilmente el ancla "oficial".

La creciente centralidad sobre el nivel del tipo de cambio, su sostenibilidad y sus implicancias contienen el desafío de hacer converger el lugar a donde vamos con los caminos que, efectivamente, estamos transitando.

En alguna medida, los datos recientes sobre empleo y salarios, ya sean registrados o informales, y contemplando las diferentes situaciones sectoriales, son más que positivos en virtud del tamaño de la transformación estructural propuesta.

Un reciente trabajo que realizamos en ABECEB nos muestra que más de la mitad del empleo registrado, que representa casi un 60% del "PBI registrado", ya está en expansión. Sin embargo, esta buena noticia aún está atravesada por el efecto rebote, instancia necesaria pero no suficiente para el crecimiento pleno. Esto abre el interrogante de qué determinará si, por fin, saldremos de la depresión.

Para vigorizar la productividad, la inversión es vital. Pero también lo es mejorar el capital humano y el progreso técnico. Esto quiere decir innovar e incorporar tecnología, pero también incentivar el cambio estructural hacia sectores de productividad elevada, sobre todo en servicios para aprovechar los ecosistemas creados por los avances en economía del conocimiento, las comunicaciones y, ahora, la inteligencia artificial. Por su estructura actual, el país no puede prescindir del impulso a los servicios.

En este contexto, la expectativa que es necesario reforzar es si el programa de reformas estructurales en marcha va a ser capaz de revertir la tendencia a la caída de la productividad que se instaló hace más de una década en nuestro país.

Ante la evidencia del rápido aumento del salario en dólares en el último semestre, las autoridades expresaron que ello no va a afectar la competitividad, si la productividad crece lo suficiente.

El desafío es el de conectar velocidades: las señales en reformas estructurales y menores impuestos están dadas, son creíbles. Sin embargo, el impacto sectorial en términos de competitividad y el timing de su llegada son dimensiones clave en la ecuación. Lo paradójico es que hace mucho tiempo que no llega una señal unívoca al mundo de los negocios. 

En el escenario "sale bien", la estrategia del gobierno pasa al siguiente nivel, para lo cual las empresas deben prepararse, ser más eficientes, ser más competitivas.

Si, por el contrario, el escenario que se impone es menos virtuoso, la combinación de una economía interna ralentizada y un contexto global más agresivo dejará espacio solo para quienes sean competitivos.

En los dos horizontes la receta es similar: esta vez no hay atajos, el futuro es para quienes trabajen en mejorar su competitividad.