Del Ozempic a decisiones preocupantes: ¿Por qué sacrificamos nuestra salud por la delgadez?

En los últimos meses, hemos notado un resurgimiento de la obsesión por la delgadez extrema en la moda y la cultura pop, después de años de hablar sobre la diversidad corporal, parece que volvemos a caer en viejos patrones que nos empujan a llevar nuestros cuerpos al límite para encajar en un ideal de belleza poco realista.

Pero, ¿por qué está sucediendo esto de nuevo? y, ¿qué riesgos implica para nuestra salud? Lo que puede pasar es demasiado grave, trastornos alimenticios, dañar nuestro cuerpo para encajar, y problemas emocionales y psicológicos, son solo algunas de las consecuencias que podríamos tener si nos dejamos llevar por lo que vemos en internet.

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¿Por qué sacrificamos nuestra salud por la delgadez?

En los años 90 y principios de los 2000, la moda tenía una pequeña (gran) obsesión con la delgadez extrema y quedaba demasiado claro con tendencias como el “heroin chic”, que promovía una apariencia demacrada y enfermiza.

Modelos como Kate Moss se convirtieron en íconos de moda, y muchas mujeres se sintieron presionadas a alcanzar ese estándar y en muchas ocasiones poniendo en riesgo la salud. Afortunadamente, en la última década, vimos un cambio hacia la aceptación de diferentes tipos de cuerpos, celebrando la diversidad y fomentando una imagen corporal más saludable.

¿Por qué estamos regresando a la delgadez extrema?

Recientemente, la delgadez extrema ha vuelto a entrar a la conversación redes sociales y desafortunadamente ha ganado protagonismo en las pasarelas, lo que ha llevado a algunos a pensar que lo poco o mucho que se había logrado en temas de diversidad corporal, está perdiéndose.

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La cosa ya causo tanto ruido que incluso la directora de Vogue Reino Unido ha expresado su preocupación por el regreso de modelos ultradelgadas en las pasarelas, señalando que esta tendencia podría tener consecuencias negativas para la percepción corporal y la salud de las mujeres.

Las redes sociales y la cultura de las celebridades juegan un papel importantísimo en la promoción de estos estándares de belleza, pues la constante exposición a imágenes de cuerpos delgados y “perfectos” puede generar una presión innecesaria en las mujeres.

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Los riesgos de buscar la delgadez extrema

Creo que no hace falta que aclaremos que buscar ser delgadas sin pensar en nuestra salud, es de las peores cosas que podríamos hacer y que tiene riesgos importantes en lo que hay que pensar antes de cualquier cosa.

Perseguir una delgadez extrema no solo afecta nuestra autoestima, sino que también conlleva serios riesgos para la salud:

1. Problemas menstruales: La pérdida excesiva de peso puede provocar irregularidades en el ciclo menstrual o incluso la ausencia de menstruación, lo que puede afectar la fertilidad.

2. Anemia: Una dieta insuficiente puede llevar a una deficiencia de hierro, causando anemia y síntomas como fatiga y debilidad.

3. Osteoporosis: La falta de nutrientes esenciales debilita los huesos, aumentando el riesgo de fracturas.

4. Sistema inmunológico debilitado: Una nutrición deficiente puede comprometer el sistema inmunológico, haciéndonos más susceptibles a infecciones.

5. Problemas cardíacos: La desnutrición y la pérdida de masa muscular pueden afectar el corazón, aumentando el riesgo de arritmias y otras complicaciones cardíacas.

Es importante empezar a cuestionarnos por qué sentimos la necesidad de someternos a estos estándares y reconocer el impacto que tienen en nuestra salud física y mental. La belleza no debería medirse por la talla de nuestra ropa, sino por nuestra salud, confianza y bienestar.

En lugar de aspirar a una delgadez poco saludable, enfoquémonos en adoptar hábitos que promuevan una vida equilibrada y feliz. Esto incluye una alimentación nutritiva, ejercicio regular y, lo más importante, la aceptación y amor por nuestros cuerpos tal como son.

Aunque la moda y las tendencias cambian, nuestra salud y bienestar deben ser siempre la prioridad, debemos aprender a ignorar la presión de conformarse a ideales de belleza poco realistas y, en su lugar, celebrar la diversidad de cuerpos que existen, pues recordemos que cada cuerpo es único y valioso.

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