Cuando tu casa es tu cárcel
Querido lector, deseo de corazón que este ejemplo que le pongo no le ocurra nunca. Imagínese que un día cualquiera, mientras vuelve a casa, tiene un accidente, su médula se rompe y le comunican que tendrá que ir en silla de ruedas el resto de su vida. Debido al accidente, no sentirá las piernas, no se podrá mover de cintura para abajo y por ello le mandarán a un hospital de referencia para tratar la lesión medular que usted ha sufrido. Estará inmovilizado/a unos siete meses hasta que su médula pueda sellarse. A partir del séptimo mes, empezará la rehabilitación y la readaptación a su nueva vida. No solo tendrá que enfrentarse a los cambios físicos y orgánicos que se producirán en su cuerpo: dejar de andar, ver la vida un metro por debajo del resto de las personas, no controlar esfínteres o sus cambios de humor hasta lograr su aceptación; a todos estos sin sabores, súmele los que tendrá que asumir nada más llegar a su casa. Su portal de vecinos no es accesible y necesitará ayuda para subir. Al entrar a casa, solo pasarán unos segundos hasta que se dé cuenta de los cambios tan importantes que tendrá que hacer en su vivienda: cambio de puertas porque son estrechas, reforma del baño ya que no es accesible, reforma de la cocina colocando muebles a su altura, entre otras cosas que irán asociadas a su día a día. Cuando la reunión de vecinos decida no aprobar el punto para hacer accesible su portal, bien porque la mayoría no lo ve necesario o porque no tienen recursos para acometer dicha obra, el resultado será el mismo: usted no podrá bajar de su casa de manera autónoma. Y es ahí donde su casa será su cárcel, como lo es para 100.000 personas en nuestro país. Querido lector, gracias por ponerse en la piel de las personas que sufren este problema y de las que lo sufrirán en el futuro. Por eso es tan importante la iniciativa que aprobamos este jueves en el Congreso de los Diputados para que se adopten las medidas necesarias para que las administraciones competentes ofrezcan ayudas económicas para realizar obras de accesibilidad en edificios de viviendas, y que las comunidades de vecinos estén obligadas a hacer accesibles sus portales y zonas comunes. La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) han sido firmados y ratificados por España. Dicha Convención establece que se adoptarán las medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad al entorno físico, el transporte, la información, las comunicaciones y otros servicios e instalaciones, tanto en zonas urbanas como rurales. Todo, con la finalidad de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida. En esta línea va la proposición no de ley aprobada: que nuestra casa no sea nuestra cárcel...
Querido lector, deseo de corazón que este ejemplo que le pongo no le ocurra nunca. Imagínese que un día cualquiera, mientras vuelve a casa, tiene un accidente, su médula se rompe y le comunican que tendrá que ir en silla de ruedas el resto de su vida. Debido al accidente, no sentirá las piernas, no se podrá mover de cintura para abajo y por ello le mandarán a un hospital de referencia para tratar la lesión medular que usted ha sufrido. Estará inmovilizado/a unos siete meses hasta que su médula pueda sellarse. A partir del séptimo mes, empezará la rehabilitación y la readaptación a su nueva vida. No solo tendrá que enfrentarse a los cambios físicos y orgánicos que se producirán en su cuerpo: dejar de andar, ver la vida un metro por debajo del resto de las personas, no controlar esfínteres o sus cambios de humor hasta lograr su aceptación; a todos estos sin sabores, súmele los que tendrá que asumir nada más llegar a su casa. Su portal de vecinos no es accesible y necesitará ayuda para subir. Al entrar a casa, solo pasarán unos segundos hasta que se dé cuenta de los cambios tan importantes que tendrá que hacer en su vivienda: cambio de puertas porque son estrechas, reforma del baño ya que no es accesible, reforma de la cocina colocando muebles a su altura, entre otras cosas que irán asociadas a su día a día. Cuando la reunión de vecinos decida no aprobar el punto para hacer accesible su portal, bien porque la mayoría no lo ve necesario o porque no tienen recursos para acometer dicha obra, el resultado será el mismo: usted no podrá bajar de su casa de manera autónoma. Y es ahí donde su casa será su cárcel, como lo es para 100.000 personas en nuestro país. Querido lector, gracias por ponerse en la piel de las personas que sufren este problema y de las que lo sufrirán en el futuro. Por eso es tan importante la iniciativa que aprobamos este jueves en el Congreso de los Diputados para que se adopten las medidas necesarias para que las administraciones competentes ofrezcan ayudas económicas para realizar obras de accesibilidad en edificios de viviendas, y que las comunidades de vecinos estén obligadas a hacer accesibles sus portales y zonas comunes. La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo aprobados por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) han sido firmados y ratificados por España. Dicha Convención establece que se adoptarán las medidas pertinentes para asegurar el acceso de las personas con discapacidad al entorno físico, el transporte, la información, las comunicaciones y otros servicios e instalaciones, tanto en zonas urbanas como rurales. Todo, con la finalidad de que las personas con discapacidad puedan vivir en forma independiente y participar en igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida. En esta línea va la proposición no de ley aprobada: que nuestra casa no sea nuestra cárcel...
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