Cuál es la pata más débil y la más fuerte del programa económico de Milei
Milagros Gismondi, economista de Cohen Aliados Financieros, asegura que la acumulación de reservas el flanco débil del Gobierno. Por qué no hubo efecto LIBRA y qué discusión tiene que darse ahora en la Argentina.

Milagros Gismondi, economista de Cohen Aliados Financieros, remarca que los fundamentals de la economía argentina pesan más que las noticias del caso LIBRA.
"Hizo ruido en un momento que el mercado ya venía lateralizando, agregó volatilidad, pero los fundamentals son lo que más pesa", afirma en diálogo con El Cronista.
Desde que arrancó el año estamos viendo una caída de las acciones del Merval del 9,1% en dólares y del 6,7% medido en pesos. ¿Qué está priceando el mercado?
Después del pago de cupones de enero, el mercado se mostró un poquito más escéptico. Desde septiembre, con el inicio del blanqueo, y hasta principios de enero fue un rally muy positivo, donde incorporó todas las buenas noticias que había mostrado en el 2024. Estaba asegurado que habría equilibrio fiscal, también un pequeño superávit. Después del pago del cupón, el mercado no se volvió negativo, pero sí se volvió más cauteloso. Entonces empezó a lateralizar. ¿Qué otra cosa más tiene que darse en Argentina para que siga apostando un poquito más de mediano o largo plazo? Ahí entiendo que el mercado quiere un buen resultado electoral, que afiance el compromiso por las reformas y por este cambio.
¿Cuánto de esa lateralización tiene que ver con factores domésticos y cuánto con las medidas que está tomando Trump?
Creo que puso en precios que estamos en un mundo un poco más complicado. Nosotros no vemos una crisis económica global, pero sí mucha incertidumbre y volatilidad. Estamos en un año donde van a contarle bastante las costillas a todos los emergentes.
¿Por qué el presidente Javier Milei está tan preocupado en calmar al mercado con respecto al tipo de cambio?
La economía es siempre un tema de expectativas. Las expectativas juegan mucho. A mi entender siempre sirven más los números, por ejemplo el resultado fiscal. Ese tipo de señales son las más contundentes, más que las palabras. Son las señales que los mercados están mirando.
¿Puede que el tipo de cambio hoy esté atrasado, pero si se logra el acuerdo con el FMI, que incluya un desembolso de dinero, eso cambie?
La apreciación o no del tipo de cambio va a seguir estando, pero lo que sí es cierto es que te da un respaldo para eventualmente testear a qué precio debería estar. Te da espalda el acuerdo con el Fondo. El ministro aclaró que es para recapitalizar al Central. En definitiva, el dinero es fungible. Entonces, lo que te da es esa espalda y te permite, así como también permitió el blanqueo el año pasado, un puente para ir ganando tiempo. No solamente en términos de ganar tiempo, como muchas veces se ha ganado y se han postergado los problemas. No sería este el caso. Hay un camino virtuoso, que es el de ir bajando el costo argentino.
Hace casi seis años que tenemos cepo cambiario. El presidente prometió que el primero de enero de 2026 ya no existirá más. ¿Qué régimen cambiario te imaginas cuando finalmente levanten todas las restricciones cambiarias?
Es la gran pregunta, no solamente cuándo se saca, sino hacia qué régimen vamos. Sería sano para Argentina que sea un régimen más de flotación. No sé si todavía la economía argentina está preparada para eso. Que esta discusión de si apreciación-depreciación deje de estar de lado y que tenga algunas fluctuaciones como en cualquiera de los países, pero que eso no te cambie toda la macro. Todavía nos falta un poco de eso, nos falta sobre todo en materia de ganar productividad. Los salarios son reflejo de la productividad. Si la discusión de si corregimos o no el tipo de cambio te puede dar más o menos salarios, pero no hay una mejora en la productividad, no es necesariamente termina siendo bueno para el país o para la gente.
¿Es la acumulación de reservas el talón de Aquiles hasta ahora del programa económico?
Es la pata más débil. Hay dos variables de economía política, que son la fiscal y la cambiaria; dos variables de resultado que tenemos que tener siempre en la cabeza, que es la inflación y la actividad; y dos variables o dos aristas de confianza, la del mercado y la de la gente. Son seis variables que no podemos dejar de analizar. Sin duda en las dos patas de política económica, la pata de acumulación de reservas es la más débil. El debate no debería ser tampoco el nivel o no del tipo de cambio, sino tu nivel de reservas netas. Hoy tenemos reservas netas negativas.
Parece que dentro de las prioridades del programa, mantener la brecha cambiaria controlada es más importante que acumular reservas. El dólar blend, por ejemplo, indica eso.
Si se te llega a descontrolar la brecha, vos empezás a perder también control sobre la inflación, que así como la pata cambiaria de acumulación de reservas puede ser más débil, la pata de inflación en términos de resultados de bienestar es la más fuerte. Si ese tablero tiene rojos, verdes y amarillos, la inflación es un verde. Hay una desinflación muy marcada. Cualquier ruido cambiario te puede generar un ruido en el objetivo de baja de inflación que se relaciona después con la confianza de la calle.
En enero hubo mucha demanda de dólares para gastos en el exterior. ¿Esa demanda bajará después de febrero o se va a mantener constante con este nivel de tipo de cambio?
Cuando ves todos los eneros del último tiempo, hay una estacionalidad. Pero si ves el gráfico se ve bien claro que nos fuimos de esa estacionalidad. Hoy estás en niveles de consumo de tarjeta de crédito en dólares un poquitito más altos que en enero de 2018. Entonces es un nivel alto. No imagino que se mantenga en ese mismo nivel porque febrero afloja con respecto a enero, pero sí es probable que veamos un febrero más alto que los de los últimos años.
Otro fenómeno que estamos viendo es el aumento del crédito tanto en pesos como en dólares. En el Gobierno quieren extender las líneas en moneda extranjera a personas y empresas que no están en la cadena exportadora. ¿Qué riesgos tiene eso?
Creo que tendría un riesgo porque si vos tomas crédito en dólares y generas dólares por tu actividad, el tipo de cambio se puede mover y vos vas a devolver los mismos dólares que estás cobrando. Si eso no pasa, cualquier movimiento del tipo de cambio te puede dejar en una situación desfavorable.
El año pasado la economía argentina se dio vuelta, desinflación, tipo de cambio estable, se detuvo la emisión. ¿Qué escenario te imaginas en 2025?
Más consolidación, es un año electoral que siempre genera que los márgenes se acotan mucho. Siempre pongo los ejemplos con mi cuerpo, y cuando uno intenta bajar de peso, es lo mismo, los primeros kilos son más fáciles, pero ya después empieza a costar. Entonces, un poco por eso. Bajar la inflación del 25% al 2,5% se puede, del 2,5 al 0% por ahí te cuesta mucho más. Va a ser un año con cierta volatilidad, pero más aburrido en los titulares diarios.