Con humor mordaz, la puesta en escena Mexi busca desafiar al público a reír de lo que duele
En un país donde la identidad se construye entre el orgullo y la contradicción, Mexi irrumpe en escena con el filo de la farsa y el eco de la realidad. “¿Nacionalidad?”, pregunta una voz implacable. “Mexicano”, responde el acusado. “¡Culpable!” Así arranca la obra de Rodrigo Montera, montaje que convierte el escenario en un tribunal delirante donde ser mexicano es el primer delito.
