Cómo lograr la adaptación de un gato callejero a la vida de interior

Los gatos acostumbrados a cazar necesitan más comidas pequeñas al día para reducir la ansiedad alimentaria.

Mar 16, 2025 - 11:22
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Cómo lograr la adaptación de un gato callejero a la vida de interior

Hasta hace unas pocas décadas, los gatos han vivido en estrecha relación con los seres humanos, pero en raras ocasiones dentro de nuestros hogares. El hábito común era mantener a los felinos en entornos semidomésticos, viviendo en el exterior y desarrollando una autonomía y unos instintos de supervivencia que los diferencia de otros animales considerados de compañía.

Sin embargo, esta conducta ha comenzado a cambiar junto a la responsabilidad hacia los animales domésticos y cada vez más personas se preguntan si es posible convertir a un gato acostumbrado a la vida en la calle en un compañero de interior. La transición de un gato que ha vivido en el exterior a un entorno doméstico no solo es posible, sino que, con paciencia y las estrategias adecuadas, puede garantizar una mejor calidad de vida para el animal.

En un artículo publicado en el magazine digital Modern Cat, la veterinaria experta en comportamiento felino Mieshelle Nagelschneider detalla estrategias para lograr una adaptación exitosa, ya sea que el gato sea un antiguo animal de compañía abandonado, un gato semiasilvestrado que ha tenido contacto ocasional con humanos o un felino totalmente feral.

Tipo de gato que queremos rescatar

No todos los gatos que encontramos en la calle tienen el mismo origen ni el mismo nivel de socialización. Antes de llevar a un gato al interior de una casa, es importante evaluar su temperamento y antecedentes:

  • Gatos ferales o completamente asilvestrados: Son aquellos que han tenido poco o ningún contacto con humanos y, por lo general, son muy recelosos. Adaptarlos a una vida dentro del hogar es un proceso largo y complicado.
  • Gatos semiferales: Son, en su mayoría, los gatos que forman parte de las colonias comunitarias. Han tenido cierto grado de interacción con personas, como por ejemplo a la hora de recibir alimento, pero aún mantienen un alto grado de independencia y necesitan valerse por sí mismos.
  • Gatos extraviados o abandonados: En muchos casos, hay gatos viviendo en la calle que en algún momento fueron domésticos y están más dispuestos a regresar a la convivencia estrecha con humanos.

Primeros pasos: crear un espacio seguro

Independientemente del nivel de socialización del gato, es fundamental proporcionarle un entorno seguro en casa. Lo ideal es asignarle una habitación tranquila con una cama cómoda, agua, comida y una caja de arena. Esta área será su refugio mientras se acostumbra a los sonidos, olores y dinámicas del hogar.

Antes de que el gato comparta espacios con otros animales domésticos, es imprescindible una revisión veterinaria para descartar enfermedades, parásitos o problemas de nutrición. Es necesario realizar un chequeo de salud, desparasitarlo, vacunarlo e instalarle un microchip.

Estrategias de adaptación

Los gatos asilvestrados, aquellos que nunca han tenido contacto cercano con personas, requieren un proceso lento y paciente. Es crucial ofrecerles un espacio seguro donde puedan explorar sin sentirse amenazados. En los primeros días, es recomendable evitar la interacción directa y limitar el contacto visual, ya que los gatos con conductas salvajes suelen percibirlo como una amenaza. En lugar de intentar acercarse de inmediato, se puede facilitar su adaptación a través del uso de juguetes que permitan mantener cierta distancia, como varitas con plumas, y proporcionando escondites y plataformas elevadas donde puedan sentirse protegidos.

Los gatos semiferales, que han tenido algún grado de contacto con humanos pero siguen siendo desconfiados, pueden adaptarse con mayor rapidez, y su proceso es más progresivo. Hablarles en voz suave y ofrecerles golosinas ayuda a que asocien la presencia humana con experiencias positivas. Establecer rutinas fijas para la alimentación y la interacción también refuerza su sensación de seguridad y previsibilidad. Al igual que con los gatos totalmente ferales, introducir juguetes no invasivos es una herramienta útil para fomentar la confianza, ya que les permite relajarse y relacionarse con su nuevo entorno sin sentirse forzados.

En el caso de los gatos que alguna vez vivieron en un hogar y fueron abandonados o se extraviaron y nunca fueron reclamados, la readaptación suele ser más sencilla, aunque no inmediata. Para ayudarles a recuperar la confianza en el entorno doméstico, es útil incorporar objetos familiares, como cestas o juguetes felinos. Si hay otras animales domésticos en casa, es recomendable hacer introducciones graduales y supervisadas para evitar conflictos. Reforzar positivamente sus comportamientos con caricias y premios facilita el proceso y les permite recuperar la sensación de seguridad que alguna vez tuvieron en un hogar.

Claves para una buena transición

Hay que insistir en que el proceso de convertir un gato acostumbrado a vivir en la calle en un gato de interior dócil y sumiso no sucede de la noche a la mañana, ni en unas pocas semanas. Según Mieshelle Nagelschneider, la clave está en permitir que el gato tenga el control sobre la velocidad de su propia adaptación, sin forzar interacciones ni imponer contacto físico antes de que esté listo.

Los gatos que han vivido en el exterior suelen ser muy activos, por lo que juguetes, rascadores y estructuras verticales les ayudan a mantenerse ocupados y a canalizar su energía de manera saludable. Además, aquellos que están acostumbrados a cazar suelen mostrar ansiedad relacionada con la alimentación, por lo que es recomendable ofrecerles varias comidas pequeñas, ricas en proteína de origen animal como la comida húmeda, a lo largo del día en lugar de grandes raciones de pienso seco, replicando su patrón natural de alimentación mientras sobrevivían en la calle.

En gatos que presentan altos niveles de estrés, la veterinaria conductista recomienda el uso de feromonas sintéticas o la popular hierba gatera para contribuir a que se relajen y se sientan más cómodos en su nuevo entorno. Por último pero no menos importante, es necesario garantizar la seguridad, asegurando puertas y colocando protecciones en las ventanas para evitar fugas accidentales, especialmente en las primeras semanas, cuando el instinto de huir y regresar al exterior sigue siendo fuerte.