«Claro que Los Niños Cantores de Viena hacen travesuras, son niños»

Tienen más de siete siglos de existencia. Sus cien voces llegan a medio millón de espectadores cada año. La Unesco los ha declarado Patrimonio Cultural de Austria. Es el Coro de los Niños Cantores de Viena , que por segunda vez en la historia del Teatro de la Maestranza pisa las tablas del coliseo de Paseo Colón, este domingo 9 de marzo, con un concierto que rinde homenaje a Johann Strauss y sus contemporáneos. Al frente de este coro en su actual gira europea está el director peruano Andy Icochea Icochea, un músico versátil reconocido por su labor como director de orquesta y de ópera, así como director coral y pianista acompañante. Ha dado conciertos en treinta y cinco países en importantes salas, entre las que cabe citar Carnegie Hall, Sala Suntory, Musikverein de Viena, Tonhalle de Zúrich o la Konzerthaus de Berlín, entre otras. El maestro Icochea es también desde 2020 director musical del 'Laboratorio de Ópera' de la Ópera Estatal de Viena, supervisando la composición, producción y representaciones de los nuevos programas educativos. Durante la entrevista se oye al maestro rodeado de voces infantiles. Acaban de llegar a España e inician una gira por nuestro país. «Para mí sí es la primera vez que voy a dirigir en el Teatro de la Maestranza. Los Niños vinieron en el año 1997. Fui director de los Niños Cantores de Viena desde 2005 a 2011, y ahora estoy de director invitado con el mismo coro que tuve en esa época, el coro Schubert», dice el maestro. El repertorio que van a realizar en Sevilla desarrolla los temas más conocidos interpretados por los Niños Cantores. «Hay un programa en homenaje a Johan Strauss hijo en su doscientos aniversario y hay valses, polkas y una selección internacional con piezas del repertorio popular, músicas del mundo y arreglos muy interesantes de piezas del período romántico de la ciudad de Viena. Estamos encantados porque el público va a tener la ocasión de escuchar a los Niños en muchas facetas de su repertorio y disfrutar lo que es ser parte de este coro», asegura. Recuerda que conoció este coro cuando era joven en Perú, «pero cuando estudiaba dirección de orquesta en Viena me enteré de que necesitaba un director y fui y los Niños me eligieron. Tuve mucha química con el coro. Yo venía con el espíritu latinoamericano de emocionalidad y conectamos muy bien. En un periodo corto hicimos cien conciertos en treinta países». Andy Icochea nació y creció en Perú y estudió en el Conservatorio Nacional, donde coincidió con el tenor Juan Diego Flórez . «Estábamos en el mismo grupo de gente emergente del Perú de la época». Cree que ahora hay un gran interés por la música que se hace en Latinoamérica. «Cuando estudiaba en mi clase en Viena había cuatro españoles, un mexicano y un colombiano. Estábamos muy presentes», dice el director. Igualmente asegura que lo interesante de trabajar con los niños es que «se consiguen los mejores resultados artísticos y vocales cuando hay comunicación y respeto mutuo. Tiene que haber una conexión personal con el niño, porque él es sincero y dice lo que piensa. El esfuerzo es conseguir que confíen en ti», reconoce. Hay un momento delicado cuando cambia la voz de un niño. «En alemán se hablaba del quiebro de la voz, ahora se llama cambio. Es algo fisiológico y natural, pero la forma de trabajar es que a los niños, tras el cambio de voz, se les estrenan para que canten otras partes del coro. Si son sopranos y cantan muy agudo y cambia la voz, pueden reaprender y cantan la voz de alto. Es un proceso muy común». Del Coro de los Niños comenta que surgen voces para la lírica. «Muchos de los niños cantores desarrollan luego su trabajo en salas de concierto o en la ópera , y todos siguen vinculados a la música. El amor por la música es de por vida», reconoce el maestro. También reconoce que hay travesuras entre los niños de 10 y 14 años. «Claro que las hay. Son traviesos, cantan, pero son niños. El grupo se va renovando todos los años, y los más jóvenes aprenden de los mayores, que ya tienen la rutina de ensayos y de hacer tres o cuatro conciertos a la semana. Es algo que viene ocurriendo hace décadas. Tenemos pedagogos que, con el principio de los derechos del niño, fomentan la iniciativa y la motivación de los niños para que alcancen sus metas comunes. Pero sí, hay que conversar y conectar con ellos». A algunos niños les cuesta adaptarse al internado , «pero dicen los psicólogos y pedagogos que una rutina les conforta y organiza bien la vida, y se van acomodando al trabajo musical. No es sencillo para todos, pero la gran mayoría se quedan los cuatro años en los coros de gira», afirma. También existe un coro de niñas, pero ninguno mixto. Los Niños Cantores son embajadores de su país y es un honor para los austríacos pertenecer a esta tradición . «Desde su fundación hace 500 años, siempre ha habido extranjeros. En la actualidad hay niños de Japón, Alemania, Ucrania, un niño de madre cubana, de Corea, Hungría y Croacia. En este coro no hay españoles, en otros elencos

Mar 9, 2025 - 09:07
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«Claro que Los Niños Cantores de Viena hacen travesuras, son niños»
Tienen más de siete siglos de existencia. Sus cien voces llegan a medio millón de espectadores cada año. La Unesco los ha declarado Patrimonio Cultural de Austria. Es el Coro de los Niños Cantores de Viena , que por segunda vez en la historia del Teatro de la Maestranza pisa las tablas del coliseo de Paseo Colón, este domingo 9 de marzo, con un concierto que rinde homenaje a Johann Strauss y sus contemporáneos. Al frente de este coro en su actual gira europea está el director peruano Andy Icochea Icochea, un músico versátil reconocido por su labor como director de orquesta y de ópera, así como director coral y pianista acompañante. Ha dado conciertos en treinta y cinco países en importantes salas, entre las que cabe citar Carnegie Hall, Sala Suntory, Musikverein de Viena, Tonhalle de Zúrich o la Konzerthaus de Berlín, entre otras. El maestro Icochea es también desde 2020 director musical del 'Laboratorio de Ópera' de la Ópera Estatal de Viena, supervisando la composición, producción y representaciones de los nuevos programas educativos. Durante la entrevista se oye al maestro rodeado de voces infantiles. Acaban de llegar a España e inician una gira por nuestro país. «Para mí sí es la primera vez que voy a dirigir en el Teatro de la Maestranza. Los Niños vinieron en el año 1997. Fui director de los Niños Cantores de Viena desde 2005 a 2011, y ahora estoy de director invitado con el mismo coro que tuve en esa época, el coro Schubert», dice el maestro. El repertorio que van a realizar en Sevilla desarrolla los temas más conocidos interpretados por los Niños Cantores. «Hay un programa en homenaje a Johan Strauss hijo en su doscientos aniversario y hay valses, polkas y una selección internacional con piezas del repertorio popular, músicas del mundo y arreglos muy interesantes de piezas del período romántico de la ciudad de Viena. Estamos encantados porque el público va a tener la ocasión de escuchar a los Niños en muchas facetas de su repertorio y disfrutar lo que es ser parte de este coro», asegura. Recuerda que conoció este coro cuando era joven en Perú, «pero cuando estudiaba dirección de orquesta en Viena me enteré de que necesitaba un director y fui y los Niños me eligieron. Tuve mucha química con el coro. Yo venía con el espíritu latinoamericano de emocionalidad y conectamos muy bien. En un periodo corto hicimos cien conciertos en treinta países». Andy Icochea nació y creció en Perú y estudió en el Conservatorio Nacional, donde coincidió con el tenor Juan Diego Flórez . «Estábamos en el mismo grupo de gente emergente del Perú de la época». Cree que ahora hay un gran interés por la música que se hace en Latinoamérica. «Cuando estudiaba en mi clase en Viena había cuatro españoles, un mexicano y un colombiano. Estábamos muy presentes», dice el director. Igualmente asegura que lo interesante de trabajar con los niños es que «se consiguen los mejores resultados artísticos y vocales cuando hay comunicación y respeto mutuo. Tiene que haber una conexión personal con el niño, porque él es sincero y dice lo que piensa. El esfuerzo es conseguir que confíen en ti», reconoce. Hay un momento delicado cuando cambia la voz de un niño. «En alemán se hablaba del quiebro de la voz, ahora se llama cambio. Es algo fisiológico y natural, pero la forma de trabajar es que a los niños, tras el cambio de voz, se les estrenan para que canten otras partes del coro. Si son sopranos y cantan muy agudo y cambia la voz, pueden reaprender y cantan la voz de alto. Es un proceso muy común». Del Coro de los Niños comenta que surgen voces para la lírica. «Muchos de los niños cantores desarrollan luego su trabajo en salas de concierto o en la ópera , y todos siguen vinculados a la música. El amor por la música es de por vida», reconoce el maestro. También reconoce que hay travesuras entre los niños de 10 y 14 años. «Claro que las hay. Son traviesos, cantan, pero son niños. El grupo se va renovando todos los años, y los más jóvenes aprenden de los mayores, que ya tienen la rutina de ensayos y de hacer tres o cuatro conciertos a la semana. Es algo que viene ocurriendo hace décadas. Tenemos pedagogos que, con el principio de los derechos del niño, fomentan la iniciativa y la motivación de los niños para que alcancen sus metas comunes. Pero sí, hay que conversar y conectar con ellos». A algunos niños les cuesta adaptarse al internado , «pero dicen los psicólogos y pedagogos que una rutina les conforta y organiza bien la vida, y se van acomodando al trabajo musical. No es sencillo para todos, pero la gran mayoría se quedan los cuatro años en los coros de gira», afirma. También existe un coro de niñas, pero ninguno mixto. Los Niños Cantores son embajadores de su país y es un honor para los austríacos pertenecer a esta tradición . «Desde su fundación hace 500 años, siempre ha habido extranjeros. En la actualidad hay niños de Japón, Alemania, Ucrania, un niño de madre cubana, de Corea, Hungría y Croacia. En este coro no hay españoles, en otros elencos sí. Nosotros tenemos cuatro elencos y cada uno con el nombre de compositores destacados o que fueron parte de los Cantores, y el que está en Sevilla es el coro Schubert», concluye Icochea.