Cinco planes cerca de la frontera para disfrutar de la nieve y algo más en los Pirineos de Francia

Los Pirineos Orientales ofrecen una escapada invernal con algo más que nieve: estaciones de esquí rodeadas de bosques, pueblos con encanto y un buen puñado de actividades para disfrutar todavía más de la montaña

Feb 23, 2025 - 13:12
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Cinco planes cerca de la frontera para disfrutar de la nieve y algo más en los Pirineos de Francia

Uno de los principales motivos por los que cruzar la frontera puede ser tan simple como querer cambiar de aires, pero hay más. Estas son las estaciones situadas más al sur de Francia y están a un paso del mar Mediterráneo, por lo que el clima, aunque cueste creerlo, suele ser mucho más amable que en otros puntos del Pirineo, teniendo muchísimos más días de sol.

En los Pirineos Orientales de Francia encontramos estaciones de esquí más económicas y menos masificadas

Otra gran ventaja es el tamaño de sus estaciones, algo más pequeñas que las del lado español, lo que se traduce en unas pistas más tranquilas y unos forfait más económicos (bastante más comparado con los grandes nombres del Pirineo español). Y si aún tienes dudas, estos cinco planes terminarán de convencerte para tomar el desvío y cruzar la frontera.

1. Pasarela Porté-Puymorens

Uno de los mayores atractivos de los deportes de montaña son los paisajes y en la estación de Porté-Puymorens se han pasado el juego. Además de lo agradables que son sus pistas rodeadas de bosque, en la parte más alta destaca esta pasarela suspendida sobre el vacío. Con vistas espectaculares a todo el valle, se convierte en una de las paradas más impresionantes de la zona. Lo mejor es que no hace falta ser un experto esquiador para disfrutar de ella, ya que las pistas que rodean este mirador son de nivel fácil.

Estos paisajes de postal forman parte del dominio esquiable de TRIO-Pyrénées, que une tres estaciones (Porté-Puymorens, Cambre d’Aze y Formiguères). Unas pistas ideales para familias o para quienes quieren iniciarse en los deportes de nieve ya que el número de pistas fáciles es bastante amplio en las tres.

2. Raquetas para ver las estrellas

En Font Romeu, uno de los destinos más buscados de este lado del Pirineo, la jornada no termina cuando se va el sol; de hecho, podemos decir que es entonces cuando empieza lo mejor. Las excursiones de raquetas al atardecer que organiza Aventure Pyrénéenne son uno de esos planazos que no hay que perderse.

Además de la maravilla de poder recorrer los preciosos bosques, sus guías no solo te aportan todo tipo de datos sobre la zona, también terminan con una buena lección de astronomía. Poder diferenciar a Orion, la constelación reina del cielo invernal, solo será el principio de esta apasionante aventura en la noche.

3. Cena en la cima

Esquiar, excursiones con raquetas, paseos en trineos tirados por perros… el día ha sido intenso y hay que reponer fuerzas. Para los que siguen buscando algo original, nada mejor que reservar en el restaurante de montaña en Font-Romeu La Gallina, situado a 2.000 metros de altitud.

La cita empieza a pie de pistas de Font-Romeu, donde una ratrac (una máquina pisanieves adaptada para transportar a más personas) recoge a los comensales. Una vez arriba toca disfrutar de una cena de altura con productos de la zona. Por cierto, no hay nada más típico que una contundente y sabrosa raclette.

4. Escalada en hielo

Cuando piensas que ya está todo inventado, en Cambre d'Aze te proponen escalar en hielo. Escondida entre los bosques que limitan las pistas de esquí se encuentra una cascada preparada para los más aventureros. Se trata de una formación de hielo artificial, pero no por ello menos bonita y espectacular. Con unas sencillas clases y siguiendo las instrucciones de los monitores es posible dar los primeros pasos sobre el hielo y desafiar la gravedad. Pero si no eres tan valiente, no te preocupes: solo el hecho de llegar hasta la cascada y asombrarse con su belleza ya merece la pena.

5. Y un final relajante

Tras tanta actividad toca relajarse un poco y no hay mejor idea que sumergirse en aguas termales al aire libre con vistas a la montaña. Los Baños de Llo, situados en un entorno natural privilegiado, ofrecen piscinas de agua sulfurosa con temperaturas que rondan los 35-40°C, perfectas para relajar los músculos y terminar la jornada de la mejor manera posible.

Este espacio termal combina piscinas interiores y exteriores, jacuzzis y zonas de hidromasaje, todo en un ambiente que mantiene la esencia de los Pirineos. El cierre perfecto para una escapada a la nieve pensando en nuestro bienestar.

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