Así es recorrer la ciudad desde una silla de ruedas: "La accesibilidad no es un lujo, es un derecho"

En el Día Internacional de la Silla de Ruedas, hablamos con Jose y Sergio, usuarios de estas sillas.

Mar 1, 2025 - 10:32
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Así es recorrer la ciudad desde una silla de ruedas: "La accesibilidad no es un lujo, es un derecho"

Hoy, 1 de marzo, Día Internacional de la Silla de Ruedas, recorremos varias calles madrileñas acompañados de Sergio, usuario de silla de ruedas, para comprobar de primera mano qué tan accesible es la ciudad para quienes no caminan sobre sus propios pies. Después, conversamos con Javier Font, presidente de FAMMA-Cocemfe Madrid, sobre los avances y desafíos en la materia. Finalmente, hablamos con José, otro usuario de silla de ruedas que vive una realidad aún más complicada, ya que su movilidad depende de una silla reclinada hecha a partir de un asiento de coche.

Son las once de la mañana en Chamberí, una zona de la capital, a priori, mucho más accesible que otras como el viejo Vallecas o Villaverde. Madrid despierta con su ajetreo habitual: coches que se abren paso entre semáforos, motos esquivando el tráfico y peatones sorteando el bullicio. Pero hoy observamos la ciudad desde otro ángulo: desde la altura de una silla de ruedas.

Sergio nos acompaña en un recorrido por este barrio madrileño para mostrarnos de primera mano las dificultades a las que se enfrentan personas con movilidad reducida al moverse por la ciudad. A través de su experiencia, nos sumergimos en una ciudad que, como tantas otras y a pesar de los avances, sigue sin ser plenamente accesible.

El Día Internacional de la Silla de Ruedas, que se celebra cada 1 de marzo, es una fecha clave para visibilizar estos problemas. En España, aunque existen leyes de accesibilidad, la realidad urbana sigue poniendo barreras: bordillos altos, adoquines imposibles, rampas inexistentes y plazas de aparcamiento mal utilizadas.

Nada más empezar el recorrido, encontramos el primer obstáculo: una plaza de aparcamiento reservada para personas con movilidad reducida ocupada indebidamente. “Esto pasa mucho”, señala Sergio. “En el centro de Madrid es aún peor porque hay menos plazas disponibles y la gente no respeta estas zonas”. Para muchos, es solo un aparcamiento más. Para él, supone rodeos innecesarios o la dificultad de encontrar un sitio adecuado donde dejar el coche.

Pocos metros después, nos encontramos con un comercio cuyo acceso es un escalón de casi veinte centímetros. “Imposible entrar”, comenta Sergio. “Y eso que no es complicado poner una rampa”. Durante la caminata, se repite la misma escena en diferentes establecimientos. Aunque algunos han adaptado su entrada, muchos otros siguen presentando barreras que impiden el acceso a personas con movilidad reducida.

Otro problema evidente es el pavimento. Sergio nos señala unos adoquines irregulares con huecos entre ellos. “Mi silla tiene ruedas grandes y puedo pasar más o menos bien, pero para alguien con una silla más pequeña o con muletas, esto es un riesgo”. Además, las obras en la vía pública complican aún más el tránsito. “Se habilitan pasos provisionales, pero casi nunca piensan en sillas de ruedas”, explica.

En cuanto a los pasos de peatones, encontramos un punto positivo: la mayoría tienen rebajes accesibles. “Esto ha mejorado enormemente en los últimos años”, reconoce Sergio. Sin embargo, pronto nos topamos con otro problema: una acera estrecha ocupada por un andamio. “Aquí, si alguien viene en sentido contrario, uno tiene que bajarse a la carretera”, nos dice. Y así, el recorrido se convierte en una prueba de obstáculos.

La accesibilidad no es solo para usuarios de sillas de ruedas, sino para toda la sociedad

Javier Font es presidente de FAMMA-Cocemfe Madrid, la federación que representa a más de 203.000 personas con discapacidad física u orgánica en la Comunidad de Madrid.

"El Día Internacional de la Silla de Ruedas es clave para recordar que hay personas que viven en circunstancias distintas", nos dice Font. "Las ciudades deben ser espacios para todos, pero seguimos viendo barreras constantes".

Font subraya que la accesibilidad no es solo una cuestión de discapacidad: "Las personas mayores, las familias con carritos de bebé… todos se benefician de un entorno más accesible". Sin embargo, aunque España cuenta con un marco legal avanzado, el problema sigue siendo su cumplimiento: "Las leyes están ahí, pero si no se aplican, no sirven de nada".

El presidente de FAMMA también menciona los desafíos en vivienda y transporte: "Muchas viviendas aún presentan barreras arquitectónicas que impiden la autonomía de las personas con movilidad reducida. Y en transporte público, aunque ha habido avances, sigue habiendo fallos, como ascensores averiados en el metro".

La experiencia de José: vivir tumbado en una silla

José es usuario de una silla de ruedas muy particular: su asiento es un asiento de coche completamente reclinado. "No es muy común", nos explica, "pero es la única manera en la que puedo desplazarme cómodamente".

José nos habla de los obstáculos que más afectan a su movilidad: "Las entradas al metro y los autobuses deberían ser prioritarios. También los locales. A veces quiero ir a un concierto y la sala tiene 20 escalones sin montacargas. Te dicen ‘te bajamos a pulso’, pero si me rompen la silla, ¿quién me la paga?".

En cuanto a la accesibilidad en su entorno, José nos da una valoración clara: "Si tuviera que puntuar la accesibilidad del 1 al 10, le daría un 5. Hay aceras que me obligan a bajar a la calzada, las paradas de autobús no están bien diseñadas y los cines solo tienen plazas en la primera o última fila".

Un diálogo entre ruedas

Cuando Sergio y José comparten sus experiencias, ambos coinciden en que los avances han sido notables, pero insuficientes.

"En Madrid centro, si me muevo en transporte público, tengo que planificar cada trayecto con antelación", dice Sergio. "Si un ascensor del Metro se estropea, te obliga a hacer rodeos enormes". José asiente: "Yo muchas veces prefiero pagar un taxi adaptado antes que arriesgarme a quedarme atrapado en el metro".

Otro punto en el que coinciden es el problema del aparcamiento: "Siempre hay alguien que aparca en las plazas reservadas con la excusa de ‘es solo un momento’", comenta Sergio. "Sí", añade José, "y mientras, nosotros tenemos que aparcar a 500 metros y buscar cómo llegar sin obstáculos".

Ambos concluyen que la accesibilidad sigue siendo un reto pendiente en Madrid y en muchas otras ciudades. "Lo ideal sería que dentro de unos años ya no hiciera falta celebrar el Día Internacional de la Silla de Ruedas", reflexiona Sergio. "Eso significaría que ya no hay barreras y que la accesibilidad es una realidad para todos".

José lo resume con una frase contundente: "La accesibilidad no es un lujo, es un derecho. Pero aún queda mucho por hacer".