Asalta en calzoncillos una casa en Granada, se viste con ropa de la dueña y se prepara algo de cenar

Es un hombre sin hogar, enfermo y probablemente con las facultades perturbadas. Así lo han descrito personas han sabido de su ocurrencia: quedarse en calzoncillos, llamar por la noche a una casa de Granada , entrar por las bravas aprovechando que le abrían un resquicio y, una vez dentro, convertirse en el dueño y señor del hogar, lo que incluyó ponerse ropa de la dueña y única ocupante y prepararse una cena. El suceso, avanzado por el periódico Ideal, se produjo en la noche del domingo 16 de febrero en la calle Parra Alta de Cartuja , en el distrito Norte, y ha sido confirmado por fuentes de los bomberos, que intervinieron para abrir la puerta y que la Policía Local pudiera desalojar al individuo, que posteriormente fue trasladado a dependencias de la Policía Nacional. La vivienda se pudo abrir, a requerimiento de la Policía Local, porque quien entró no era un okupa. Vivía alguien, en concreto una mujer mayor que la abandonó en cuanto le fue posible . Fueron sus gritos los que alertaron a los vecinos. Llamaron al servicio de emergencia 112 y se activó el protocolo habitual, que llevó allí a policías locales, bomberos y policías nacionales. Pero, una vez dentro, el comportamiento del hombre no fue el propio de un atracador, porque no robó nada. Más bien se le podría achacar «algo de falta de cordura », como han descrito prudentemente las fuentes consultadas por ABC. Porque lo que hizo fue cerrar la puerta con pestillo, ponerse una bata de la dueña –con lo cual dejó de estar únicamente en calzoncillos- ir a la cocina y prepararse algo de comer. Si su intención era quedarse allí por tiempo indefinido, no se salió con la suya. La intervención coordinada de bomberos y policías permitió su desalojo y la normalidad volvió poco después a la zona. De lo que no cabe duda es de que la dueña de la casa se llevó un buen susto y también de que la próxima vez se lo pensará bastante mejor antes de abrir su puerta a un desconocido.

Feb 18, 2025 - 12:21
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Asalta en calzoncillos una casa en Granada, se viste con ropa de la dueña y se prepara algo de cenar
Es un hombre sin hogar, enfermo y probablemente con las facultades perturbadas. Así lo han descrito personas han sabido de su ocurrencia: quedarse en calzoncillos, llamar por la noche a una casa de Granada , entrar por las bravas aprovechando que le abrían un resquicio y, una vez dentro, convertirse en el dueño y señor del hogar, lo que incluyó ponerse ropa de la dueña y única ocupante y prepararse una cena. El suceso, avanzado por el periódico Ideal, se produjo en la noche del domingo 16 de febrero en la calle Parra Alta de Cartuja , en el distrito Norte, y ha sido confirmado por fuentes de los bomberos, que intervinieron para abrir la puerta y que la Policía Local pudiera desalojar al individuo, que posteriormente fue trasladado a dependencias de la Policía Nacional. La vivienda se pudo abrir, a requerimiento de la Policía Local, porque quien entró no era un okupa. Vivía alguien, en concreto una mujer mayor que la abandonó en cuanto le fue posible . Fueron sus gritos los que alertaron a los vecinos. Llamaron al servicio de emergencia 112 y se activó el protocolo habitual, que llevó allí a policías locales, bomberos y policías nacionales. Pero, una vez dentro, el comportamiento del hombre no fue el propio de un atracador, porque no robó nada. Más bien se le podría achacar «algo de falta de cordura », como han descrito prudentemente las fuentes consultadas por ABC. Porque lo que hizo fue cerrar la puerta con pestillo, ponerse una bata de la dueña –con lo cual dejó de estar únicamente en calzoncillos- ir a la cocina y prepararse algo de comer. Si su intención era quedarse allí por tiempo indefinido, no se salió con la suya. La intervención coordinada de bomberos y policías permitió su desalojo y la normalidad volvió poco después a la zona. De lo que no cabe duda es de que la dueña de la casa se llevó un buen susto y también de que la próxima vez se lo pensará bastante mejor antes de abrir su puerta a un desconocido.