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Ancelotti: «Simeone y yo tenemos una idea muy parecida de fútbol»
Quién iba a decir en agosto, cuando la noria del curso 24-25 empezó a girar, que el Madrid se iba a jugar la temporada (o una gran parte de ella) un 12 de marzo. Lo normal, si su Champions hubiera sido la de siempre, es que los octavos no hubieran sido más que un trámite, pero no lo son. Como tampoco lo fue la ronda de repesca. Todo lo que no sea pasar a cuartos puede tener consecuencias de cara al medio plazo, pero Carletto prefiere quitarle dramatismo: «Es un partido que nos permite seguir soñando con esta competición como hemos hecho en años anteriores. Es verdad que los octavos de este año son más complicados que otros octavos. Todos los partidos con el Atlético son muy igualados y se deciden por pequeños detalles, pero tenemos confianza en que va a salir bien». Carletto no dio pista ninguna del posible once. Todo apunta a que será el mismo equipo de la ida, con Camavinga de nuevo junto a Tchouaméni. Si no fuera él, sería Modric, pero el croata nunca ha jugado dos partidos de titular de manera consecutiva esta temporada: «Que no se preocupe Luka, que no miro las estadísticas para hacer una alineación», comentó el italiano. Seguramente, más cariño público que realidad de lo que va a hacer. El italiano cree que el partido no lo decidirán solo los once titulares: «Tengo más de once jugadores que pueden jugar este partido. Un cambio bien hecho puede marcar la diferencia». Si es así, ¿quién gana la eliminatoria, los jugadores o los entrenadores? La pregunta de este periódico le provocó una risa irónica: «Los responsables de la victoria son los futbolistas, de la derrota lo tenéis ya… el entrenador. Pero no es un problema del Madrid, es un problema de la figura del entrenador. El único responsable de la derrota es el entrenador. Yo me lo tomo bien porque sé que estoy en un puesto de trabajo en el que muchos quieren estar y entiendo que debo tener esa responsabilidad». La misma que tiene el Cholo, con quien tiene un cara a cara de máxima igualdad. Seguramente no es casualidad: «Tenemos una idea de fútbol muy parecida y los dos equipos podemos jugar en modo ofensivo, en modo defensivo o al contragolpe», reflexiona un Ancelotti que volvió a su teoría de correr y marcar la diferencia: «Si corres mucho puedes empatar el partido. Si marcas la diferencia es probable que ganes». Por último, al italiano se le pidió que argumentara una posible elección de lanzadores de penaltis. Carlo fue muy sincero: «En un entrenamiento de penaltis ves que hay jugadores que tiran mejor que otros. Así que cuando hacemos la lista de los penaltis, tenemos en cuenta lo que hemos visto en los entrenamientos, pero no tenemos en cuenta el aspecto mental. Yo he tenido jugadores que tiran muy bien penaltis que no tenían luego el feeling de tirarlo. Es más importante el aspecto mental que el técnico. He ganado Champions con defensas que tiraron penaltis en la final de 2003. Como Serginho, Nesta y Kaladze. Si el jugador es honesto puede levantar el brazo y no tirarlo. No es malo hacer eso. Solo se debe tomar la responsabilidad cuando mentalmente se está bien».
Quién iba a decir en agosto, cuando la noria del curso 24-25 empezó a girar, que el Madrid se iba a jugar la temporada (o una gran parte de ella) un 12 de marzo. Lo normal, si su Champions hubiera sido la de siempre, es que los octavos no hubieran sido más que un trámite, pero no lo son. Como tampoco lo fue la ronda de repesca. Todo lo que no sea pasar a cuartos puede tener consecuencias de cara al medio plazo, pero Carletto prefiere quitarle dramatismo: «Es un partido que nos permite seguir soñando con esta competición como hemos hecho en años anteriores. Es verdad que los octavos de este año son más complicados que otros octavos. Todos los partidos con el Atlético son muy igualados y se deciden por pequeños detalles, pero tenemos confianza en que va a salir bien». Carletto no dio pista ninguna del posible once. Todo apunta a que será el mismo equipo de la ida, con Camavinga de nuevo junto a Tchouaméni. Si no fuera él, sería Modric, pero el croata nunca ha jugado dos partidos de titular de manera consecutiva esta temporada: «Que no se preocupe Luka, que no miro las estadísticas para hacer una alineación», comentó el italiano. Seguramente, más cariño público que realidad de lo que va a hacer. El italiano cree que el partido no lo decidirán solo los once titulares: «Tengo más de once jugadores que pueden jugar este partido. Un cambio bien hecho puede marcar la diferencia». Si es así, ¿quién gana la eliminatoria, los jugadores o los entrenadores? La pregunta de este periódico le provocó una risa irónica: «Los responsables de la victoria son los futbolistas, de la derrota lo tenéis ya… el entrenador. Pero no es un problema del Madrid, es un problema de la figura del entrenador. El único responsable de la derrota es el entrenador. Yo me lo tomo bien porque sé que estoy en un puesto de trabajo en el que muchos quieren estar y entiendo que debo tener esa responsabilidad». La misma que tiene el Cholo, con quien tiene un cara a cara de máxima igualdad. Seguramente no es casualidad: «Tenemos una idea de fútbol muy parecida y los dos equipos podemos jugar en modo ofensivo, en modo defensivo o al contragolpe», reflexiona un Ancelotti que volvió a su teoría de correr y marcar la diferencia: «Si corres mucho puedes empatar el partido. Si marcas la diferencia es probable que ganes». Por último, al italiano se le pidió que argumentara una posible elección de lanzadores de penaltis. Carlo fue muy sincero: «En un entrenamiento de penaltis ves que hay jugadores que tiran mejor que otros. Así que cuando hacemos la lista de los penaltis, tenemos en cuenta lo que hemos visto en los entrenamientos, pero no tenemos en cuenta el aspecto mental. Yo he tenido jugadores que tiran muy bien penaltis que no tenían luego el feeling de tirarlo. Es más importante el aspecto mental que el técnico. He ganado Champions con defensas que tiraron penaltis en la final de 2003. Como Serginho, Nesta y Kaladze. Si el jugador es honesto puede levantar el brazo y no tirarlo. No es malo hacer eso. Solo se debe tomar la responsabilidad cuando mentalmente se está bien».
