Alerta alimentaria: siete de cada diez españoles consumen alimentos que están caducados
El 43% de los jóvenes menores de 30 años, que se informan principalmente por redes sociales, aseguran que no les llegan las alertas alimentarias, según el 'Barómetro de Seguridad Alimentaria' de AECOC.

A pesar de que la mayoría de los consumidores, hasta un 90%, se fijan en la fecha de caducidad o de consumo preferente casi 7 de cada 10 españoles no tienen reparos en ingerir alimentos que han superado su caducidad (67%), según el primer 'Barómetro de Seguridad Alimentaria' elaborado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) a partir de una muestra de 1.000 personas. De igual modo, un 76% consumen alimentos más allá de su fecha de consumo preferente. Por otra parte, el problema con los alimentos tiene una fuerte repercusión mediática y puede suponer más de un dolor de cabeza para uno de los sectores más vibrantes de la economía española. Sin embargo, este tipo de informaciones no llega por igual a todos y, especialmente, entre la denominada 'Generación Zeta' (los menores de 30 años).
En concreto, según el Barómetro de AECOC, el 43% de los menores de 30 años aseguran que no se enteran de este tipo de informaciones. Lo que contrasta con la población en general, ya que 3 de cada 4 personas aseguran enterarse de este tipo de informaciones.En opinión de la responsable de estudios Shopperview de AECOC, Marta Munné, y de Seguridad Alimentaria y Calidad, Xavier Pera, hay dos motivos detrás de este 'muro' entre la información de alertas alimentarias y la denominada 'Generación Zeta'.
Ambos han apuntado también que "los más jóvenes no se informan por los canales habituales" y en que "no les preocupa tanto la seguridad, sino que para ellos los retos van más en las dirección de la sostenibilidad, la seguridad a largo plazo". Según el Barómetro de AECOC, los 'zetas' se informan mucho por redes sociales de amigos y familiares (43%), así como por las redes sociales de las marcas (42%) y directamente por amigos o familiares (35%). Llama mucho la atención que un 24% lo haga también a través de los carteles informativos en los puntos de venta (frente a solo el 8% de la población en general).
Para Perea, que es el responsable de AECOC en Seguridad Alimentaria y Calidad, "el primer reto es ver cómo comunicar cuestiones complejas, de forma simple y comprensible, a través de las redes sociales" para este segmento de población. En su opinión, desde la patronal del Gran Consumo deben ser capaces de "comunicar más y mejor hacia este segmento de la población".
Cómo saber si un producto está en buen o mal estado
A la hora de identificar si un producto está bien o mal conservado, el 88% de los consumidores se fían del aspecto externo y se fijan en el olor, el color o la textura. O alguna de sus partes está podrida (58%). De igual modo analizan otras variables como que haya o no moho en el producto, si se ha alcanzado la fecha de caducidad y el envase está hinchado (64%). ¿Y qué hace el consumidor? Pues la mayoría tirarlo todo, aunque un 9% reconocen que a veces han ingerido alimentos con alguna señal de deterioro. A diferencia de la población en general, en el caso de los millennials (28-44 años) esta opción está muy extendida y el 58% no tienen problemas en consumir un producto alimentario con alguna parte dañada.
Las alertas alimentarias y sus consecuencias
Respecto al impacto de las alertas alimentarias, el Barómetro realizado por la patronal del gran consumo asegura que "no hay unanimidad entre los consumidores", pero el 37% asegura que generan desconfianza y miedo. En cambio, un 63% afirman que transmiten confianza en los controles que aplica el sesctor. De cualquier forma, este tipo de informaciones tiene consencuencias: un 68% afirma que retira el lote afectado, mientras que un 32% de los participantes en el estudio dicen que pasan a retirar todo el producto.
Por otra parte, un 74% apuntan que dejan de confiar en la marca afectada y el 26% restante extiende esta desconfianza a toda la categoría de productos. En este sentido, Munné y Pera aseguran que "pueden cambiar la percepción sobre toda una categoría de producto. De ahí la necesidad de una información clara y veraz".