Alerta alimentaria: siete de cada diez españoles consumen alimentos que están caducados

El 43% de los jóvenes menores de 30 años, que se informan principalmente por redes sociales, aseguran que no les llegan las alertas alimentarias, según el 'Barómetro de Seguridad Alimentaria' de AECOC.

Mar 4, 2025 - 17:37
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Alerta alimentaria: siete de cada diez españoles consumen alimentos que están caducados

A pesar de que la mayoría de los consumidores, hasta un 90%, se fijan en la fecha de caducidad o de consumo preferente casi 7 de cada 10 españoles no tienen reparos en ingerir alimentos que han superado su caducidad (67%), según el primer 'Barómetro de Seguridad Alimentaria' elaborado por la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC) a partir de una muestra de 1.000 personas. De igual modo, un 76% consumen alimentos más allá de su fecha de consumo preferente. Por otra parte, el problema con los alimentos tiene una fuerte repercusión mediática y puede suponer más de un dolor de cabeza para uno de los sectores más vibrantes de la economía española. Sin embargo, este tipo de informaciones no llega por igual a todos y, especialmente, entre la denominada 'Generación Zeta' (los menores de 30 años).

En concreto, según el Barómetro de AECOC, el 43% de los menores de 30 años aseguran que no se enteran de este tipo de informaciones. Lo que contrasta con la población en general, ya que 3 de cada 4 personas aseguran enterarse de este tipo de informaciones.En opinión de la responsable de estudios Shopperview de AECOC, Marta Munné, y de Seguridad Alimentaria y Calidad, Xavier Pera, hay dos motivos detrás de este 'muro' entre la información de alertas alimentarias y la denominada 'Generación Zeta'.

Ambos han apuntado también que "los más jóvenes no se informan por los canales habituales" y en que "no les preocupa tanto la seguridad, sino que para ellos los retos van más en las dirección de la sostenibilidad, la seguridad a largo plazo". Según el Barómetro de AECOC, los 'zetas' se informan mucho por redes sociales de amigos y familiares (43%), así como por las redes sociales de las marcas (42%) y directamente por amigos o familiares (35%). Llama mucho la atención que un 24% lo haga también a través de los carteles informativos en los puntos de venta (frente a solo el 8% de la población en general).

Para Perea, que es el responsable de AECOC en Seguridad Alimentaria y Calidad, "el primer reto es ver cómo comunicar cuestiones complejas, de forma simple y comprensible, a través de las redes sociales" para este segmento de población. En su opinión, desde la patronal del Gran Consumo deben ser capaces de "comunicar más y mejor hacia este segmento de la población".

Cómo saber si un producto está en buen o mal estado

A la hora de identificar si un producto está bien o mal conservado, el 88% de los consumidores se fían del aspecto externo y se fijan en el olor, el color o la textura. O alguna de sus partes está podrida (58%). De igual modo analizan otras variables como que haya o no moho en el producto, si se ha alcanzado la fecha de caducidad y el envase está hinchado (64%). ¿Y qué hace el consumidor? Pues la mayoría tirarlo todo, aunque un 9% reconocen que a veces han ingerido alimentos con alguna señal de deterioro. A diferencia de la población en general, en el caso de los millennials (28-44 años) esta opción está muy extendida y el 58% no tienen problemas en consumir un producto alimentario con alguna parte dañada.

Las alertas alimentarias y sus consecuencias

Respecto al impacto de las alertas alimentarias, el Barómetro realizado por la patronal del gran consumo asegura que "no hay unanimidad entre los consumidores", pero el 37% asegura que generan desconfianza y miedo. En cambio, un 63% afirman que transmiten confianza en los controles que aplica el sesctor. De cualquier forma, este tipo de informaciones tiene consencuencias: un 68% afirma que retira el lote afectado, mientras que un 32% de los participantes en el estudio dicen que pasan a retirar todo el producto.

Por otra parte, un 74% apuntan que dejan de confiar en la marca afectada y el 26% restante extiende esta desconfianza a toda la categoría de productos. En este sentido, Munné y Pera aseguran que "pueden cambiar la percepción sobre toda una categoría de producto. De ahí la necesidad de una información clara y veraz".