China ha mantenido un perfil bajo durante las semanas iniciales del segundo mandato de Donald Trump, quizá siguiendo una de tantas máximas atribuidas a Sun Tzu: aquella que recomienda «nunca interrumpir a tu enemigo cuando está cometiendo un error». El desalentador incidente vivido en el Despacho Oval no ha supuesto una excepción. Sin embargo, en ocasiones los hechos hablan tanto o más que las palabras. Mientras Trump y J.D. Vance se turnaban tratando de humillar a gritos como burdos matones al presidente ucraniano Volodímir Zelenski, haciendo trizas no ya toda dignidad presidencial sino la preeminencia moral de Estados Unidos en tanto que líder del mundo libre, Xi Jinping recibía en Pekín con máxima cortesía a Serguéi Shoigu, secretario del Consejo...
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