El Santiago Bernabéu aguarda uno de los derbis que más expectación, tanto deportiva como extradeportiva, de los últimos tiempos. Con el aliento y el desprecio habitual desfilan por sus aledaños los autobuses de ambos equipos. Ya en el interior del feudo blanco y antes de que salten siquiera a calentar los protagonistas, la parroquia merengue y la representación de la rojiblanca presente en Chamartín se enzarzan a través de los clásicos cánticos en contra del rival, incluidos un par de referencias desagradables a Juanito por parte de los colchoneros. La pitada es importante cuando la megafonía anuncia el nombre de los colegiados, aunque no tan elevada como cuando suena el nombre de Simeone, del que se acuerda la pancarta presente...
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