Sin tiempo para lamentos, una oportunidad para que cicatrice pronto la herida

Sobrepasado en Burgos, donde el indiscutible líder de la competición, vaya equipazo, lo sacó de la pista, el Real Betis Baloncesto ya sabe dónde está y quién es en esta Primera FEB aunque a veces no se le reconozca en el espejo. También conoce cuáles son sus defectos, sus virtudes y hasta dónde le alcanza un potencial que se presumía superior pero que, ahí están los resultados, se ha quedado corto cuando se ha medido fuera de casa a los rivales de la primera clase, que son tres: San Pablo Burgos, Movistar Estudiantes y Flexicar Fuenlabrada. Después del tortazo en el Coliseum, una de esas derrotas que pueden dejar secuelas, el equipo tiene que recomponerse y levantarse. Lo de Burgos no admite resaca ni tiempo de luto . Aquel episodio pasó y fue duro por la deformada imagen que ofreció el Betis, pero quedan once jornadas más, muchas aún, y esta plantilla tiene que demostrar ahora su espíritu y carácter ganador. Es el momento de los jugadores, pero también del cuerpo técnico , que en Burgos no dio con la tecla para que reaccionara el equipo cuando se colapsó. Hay jornada intersemanal este martes y el Betis vuelve a San Pablo , territorio hasta la fecha inexpugnable en el que aparece un Caja Rural Zamora que ya puso en un brete al conjunto verdiblanco en la primera vuelta , a principios de enero. Por los pelos se escapó el Betis de la 'emboscada' tendida en un partido de ataques supersónicos, intercambio de parciales y defensas transparentes. Uno de esos encuentros que generan hondo malestar si se pierden, por la manera en que se desarrolló, y provocan una sonrisa más de alivio que de satisfacción si se ganan. Tan divertido para el espectador neutral como de infarto para los implicados. De ese ejercicio de supervivencia salió ileso el Betis tras comprobar in situ, de primera mano y sin que nadie se lo contase, que este Caja Rural Zamora tiene dinamita perimetral (17 triples acertó) y más de un techo en el juego interior. O sea, centímetros para aburrir. Los de Hustak (2,12), Nikic (2,13) o Pauksté (2,24) . Bigardos a quienes les caen los rebotes sin saltar. Esa batalla, la de la altura, la tiene perdida el Betis Baloncesto por diseño de plantilla, pero ya se sabe que el rebote no es cuestión de centímetros sino de colocación, olfato, implicación defensiva, ganas e intensidad. Los verdiblancos, de hecho, atraparon más rechaces que su adversario en Zamora y salieron triunfadores de un partido enloquecido que resolvieron entre Renfroe y Hughes, con 29 y 24 puntos respectivamente. El plan de partido, hoy, debería ser otro. Uno en el que el Betis Baloncesto, al contrario de lo sucedido en Burgos , llevase más el control y mandase a un ritmo de no muy altas revoluciones porque no se sabe cómo pueden responder las piernas (y las cabezas) tras la escabechina del Coliseum. Que la defensa carbure es clave. Porque el Zamora tiene en el perímetro anotadores que pueden generar un caos si entran en combustión. Son los casos de Walker, Powell o Hearst , muy peligrosos en el tiro exterior. Los castellanos-leoneses vienen de tumbar al Amics Castelló (96-87) con un serial impecable desde el triple: 15 aciertos de 30 intentos. Avisado queda el Betis. O trabaja bien esta noche o puede acabar en la lona. Por eso, no se entendería que no saliera con brío. A morder y rebelarse para sanar sus heridas. El Caja Rural, por su parte, tratará de hurgar en las dudas del Betis, un equipo completamente atorado en Burgos una vez que la defensa rival le puso cepos a Benite y Hughes. Tunde , por cierto, no pudo jugar el sábado por culpa de unas molestias en los isquiotibiales. Sin ponerle paños calientes a la derrota, consígnese también la alargada mala suerte de este plantel en lo que al capítulo de lesionados se refiere. Cierto es que el equipo tiene carencias, pero también que han sido muy pocos los partidos en los que todos los jugadores han estado sanos. Con Tunde o sin él, toca reaccionar tras el baño de realidad de Burgos. En el Coliseum , casa de los horrores en clave verdiblanca, se ha quedado el equipo en un par de meses sin Copa de España ni opciones prácticamente de pelear por el ascenso directo. Cuarto en la tabla ahora, hacia arriba ha de seguir mirando , claro que sí, y no debe dejar de hacerlo so pena de verse condenando a echar más de un vistazo al retrovisor porque el Monbús Obradoiro viene apretando. Y ahora mismo, la posibilidad de verse las caras con los gallegos en el play off provoca repelús. Porque se han reforzado muy bien y todo hace pensar en un gran esprint de los compostelanos en el tramo final de la temporada. La batalla del   Betis Baloncesto ya es posicionarse lo mejor posible con vistas al play off. Y no debe resignarse ni hundirse, sino rearmarse anímicamente. Tiene que evolucionar y buscar otros registros. De perlas, además, le vendría un jugador más apurando el tiempo que resta de mercado. Si el Betis Baloncesto quiere ascender, quizá sea el momento de ser ambicioso. Dentro y fuera de la pista . Todos sus adve

Mar 11, 2025 - 12:42
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Sin tiempo para lamentos, una oportunidad para que cicatrice pronto la herida
Sobrepasado en Burgos, donde el indiscutible líder de la competición, vaya equipazo, lo sacó de la pista, el Real Betis Baloncesto ya sabe dónde está y quién es en esta Primera FEB aunque a veces no se le reconozca en el espejo. También conoce cuáles son sus defectos, sus virtudes y hasta dónde le alcanza un potencial que se presumía superior pero que, ahí están los resultados, se ha quedado corto cuando se ha medido fuera de casa a los rivales de la primera clase, que son tres: San Pablo Burgos, Movistar Estudiantes y Flexicar Fuenlabrada. Después del tortazo en el Coliseum, una de esas derrotas que pueden dejar secuelas, el equipo tiene que recomponerse y levantarse. Lo de Burgos no admite resaca ni tiempo de luto . Aquel episodio pasó y fue duro por la deformada imagen que ofreció el Betis, pero quedan once jornadas más, muchas aún, y esta plantilla tiene que demostrar ahora su espíritu y carácter ganador. Es el momento de los jugadores, pero también del cuerpo técnico , que en Burgos no dio con la tecla para que reaccionara el equipo cuando se colapsó. Hay jornada intersemanal este martes y el Betis vuelve a San Pablo , territorio hasta la fecha inexpugnable en el que aparece un Caja Rural Zamora que ya puso en un brete al conjunto verdiblanco en la primera vuelta , a principios de enero. Por los pelos se escapó el Betis de la 'emboscada' tendida en un partido de ataques supersónicos, intercambio de parciales y defensas transparentes. Uno de esos encuentros que generan hondo malestar si se pierden, por la manera en que se desarrolló, y provocan una sonrisa más de alivio que de satisfacción si se ganan. Tan divertido para el espectador neutral como de infarto para los implicados. De ese ejercicio de supervivencia salió ileso el Betis tras comprobar in situ, de primera mano y sin que nadie se lo contase, que este Caja Rural Zamora tiene dinamita perimetral (17 triples acertó) y más de un techo en el juego interior. O sea, centímetros para aburrir. Los de Hustak (2,12), Nikic (2,13) o Pauksté (2,24) . Bigardos a quienes les caen los rebotes sin saltar. Esa batalla, la de la altura, la tiene perdida el Betis Baloncesto por diseño de plantilla, pero ya se sabe que el rebote no es cuestión de centímetros sino de colocación, olfato, implicación defensiva, ganas e intensidad. Los verdiblancos, de hecho, atraparon más rechaces que su adversario en Zamora y salieron triunfadores de un partido enloquecido que resolvieron entre Renfroe y Hughes, con 29 y 24 puntos respectivamente. El plan de partido, hoy, debería ser otro. Uno en el que el Betis Baloncesto, al contrario de lo sucedido en Burgos , llevase más el control y mandase a un ritmo de no muy altas revoluciones porque no se sabe cómo pueden responder las piernas (y las cabezas) tras la escabechina del Coliseum. Que la defensa carbure es clave. Porque el Zamora tiene en el perímetro anotadores que pueden generar un caos si entran en combustión. Son los casos de Walker, Powell o Hearst , muy peligrosos en el tiro exterior. Los castellanos-leoneses vienen de tumbar al Amics Castelló (96-87) con un serial impecable desde el triple: 15 aciertos de 30 intentos. Avisado queda el Betis. O trabaja bien esta noche o puede acabar en la lona. Por eso, no se entendería que no saliera con brío. A morder y rebelarse para sanar sus heridas. El Caja Rural, por su parte, tratará de hurgar en las dudas del Betis, un equipo completamente atorado en Burgos una vez que la defensa rival le puso cepos a Benite y Hughes. Tunde , por cierto, no pudo jugar el sábado por culpa de unas molestias en los isquiotibiales. Sin ponerle paños calientes a la derrota, consígnese también la alargada mala suerte de este plantel en lo que al capítulo de lesionados se refiere. Cierto es que el equipo tiene carencias, pero también que han sido muy pocos los partidos en los que todos los jugadores han estado sanos. Con Tunde o sin él, toca reaccionar tras el baño de realidad de Burgos. En el Coliseum , casa de los horrores en clave verdiblanca, se ha quedado el equipo en un par de meses sin Copa de España ni opciones prácticamente de pelear por el ascenso directo. Cuarto en la tabla ahora, hacia arriba ha de seguir mirando , claro que sí, y no debe dejar de hacerlo so pena de verse condenando a echar más de un vistazo al retrovisor porque el Monbús Obradoiro viene apretando. Y ahora mismo, la posibilidad de verse las caras con los gallegos en el play off provoca repelús. Porque se han reforzado muy bien y todo hace pensar en un gran esprint de los compostelanos en el tramo final de la temporada. La batalla del   Betis Baloncesto ya es posicionarse lo mejor posible con vistas al play off. Y no debe resignarse ni hundirse, sino rearmarse anímicamente. Tiene que evolucionar y buscar otros registros. De perlas, además, le vendría un jugador más apurando el tiempo que resta de mercado. Si el Betis Baloncesto quiere ascender, quizá sea el momento de ser ambicioso. Dentro y fuera de la pista . Todos sus adversarios han movido ficha, incluso varias, y en el club verdiblanco se han quedado con Tunde pero no han incorporado a ningún jugador más que aporte un plus de calidad que ayude en este último tercio de temporada. En cualquier caso, lo prioritario ahora es sacudirse la horrible sensación que dejó la derrota de Burgos . No lo pondrá fácil el Zamora, que es décimo con diez victorias y ya le enseñó las garras al Betis Baloncesto el pasado 4 de enero. Cuidado.