Santiago afina voces para el casting de Operación Triunfo
Cientos de aspirantes desfilan este lunes por el Multiusos Fontes do Sar, en Santiago, compartiendo todos el mismo objetivo: despuntar y lograr pasar a la segunda fase del casting de Operación Triunfo. El programa, que desde su recuperación en 2017 se vuelve líder de audiencias en cada edición, prepara la de 2025 y su equipo gira por distintas ciudades del país escuchando lo que tienen que cantar unos y otros; conscientes de que, entre ellos, estará la persona que se coronará ganadora este año. Esta vez es el turno de la capital gallega, y desde bien temprano se congregó una enorme fila de candidatos a pasar el primer filtro en el exterior del recinto público. No hay un límite numérico que rija cuántas personas obtendrán la luz verde, así que las opciones se reparten del primer al último participante. Y ya en el primer cuarto de hora ha podido verse cómo alguno se iba para casa con la famosa pegatina. La selección arranca en torno a las 10 de la mañana, pero la cantidad de asistentes y la longitud de la cola que forman, que recorre la fachada del edificio, da a entender que llevan ahí unas cuantas horas más. María, Lucía y Simone llegaron pasadas las 7, con margen amplio para acudir con tranquilidad al que será su primer casting del programa. Han elegido cantar 'Ni una sola palabra', de Paulina Rubio; 'Catalina', de Rosalía; y 'Tú me acostumbraste', de Natalia Lafourcade. El repertorio que les ofrecen para la prueba comprende un centenar de canciones, y han tenido la suerte de que más de una les resultan cercanas y hasta les «encanta» desde «siempre». Un poco más atrás están dos grupos que se han juntado: por un lado Arón y Patricia -con otra amiga que les brinda «apoyo moral»- y por otro y Jorge y Chimène. Llegaron a las 8. Es la primera vez que se presentan, excepto Jorge, que reincide tras una primera intentona en 2023. Han escogido 'Normal', de Carolina Durante, 'Que te quería', de La quinta estación; 'Todo contigo', de Álvaro de Luna; y Guantanamera, de Guitarricadelafuente. La elección a Patricia y Chimène les vino casi dada, en cuanto vieron que la lista ofrecía temas que ya sienten cercanos. Pero no siempre es así: Aarón cuenta que es muy aficionado a Rosalía y se planteó ir con la misma que Lucía, 'Catalina', pero optó por una canción de Carolina Durante en la que se veía más en su salsa. También Jorge hizo labor de investigación: «Me gustaban muchas del catálogo, pero no veía que se ajustasen demasiado a mi voz. Al final tiré más por eso, por las que vi que sí podía hacer mejor». De lo que ninguno se ha librado es de las horas de práctica frente al espejo. «Creo que mis vecinos quedaron hartos. Ayer estuve cantando hasta las diez de la noche», ríe Patricia. Todas esas horas invertidas en practicar y el entusiasmo que les escapa por los poros han hecho que se planten a casi primera hora, como tantos otros, frente al Multiusos. «Íbamos a venir lloviese o nevase», tercia Jesús, algo más cerca de la entrada. El primer escenario, por lo menos, sí se ha cumplido. Y la preparación general de los asistentes se hace obvia cuando la estampa cambia a una multitud de paraguas en ristre. Al poco rato, distribuidos en tres filas en el interior del edificio, los 577 aspirantes comienzan con el casting. Se comparten miradas nerviosas, entre exhalaciones de aire y alguna entonación -en baja voz- de última hora. No pasan ni veinte minutos antes de que la primera persona reciba la pegatina que la acredita para pasar a la segunda fase. Es Virginia Cruz, una joven viguesa 'reincidente', que ya se había presentado en 2019 y ahora vuelve con energías renovadas. «La música es mi vida desde que tengo uso de razón. A todos los castings que hay, allí voy yo de primera. Me presenté a OT en 2019, no hubo suerte, y dije, 'venga, ahora tiene que ser'. Escogió la misma que Patricia: 'Que te quería', de La quinta estación, una de las más populares de esta prueba. Ella canta en bares de la ciudad viguesa, y reconoce que esta vez le ha sucedido como cuando se sube a un escenario: «Estoy como un flan hasta que empiezo a cantar. Todo cambia con la primera nota». La profesora y directora de la Academia de OT, Noemí Galera, lo resume en que los jueces, para hacer el cribado, esperan lo inesperado. «Si vamos con una idea fija, buscando esto y lo otro, a lo mejor [un aspirante así] ni se presenta. Venimos con la mente abierta y los que nos gusten más a todos serán a los que finalmente veréis aquí (...). Espacio para la sorpresa siempre hay. Y, además, siempre nos gusta que eso pase». Se reconoce «aombrada» por que la afluencia de aspirante se mantenga en cada edición, aunque entiende que cada año se abren las puertas para más gente. «Pienso que algún día dejará de presentarse la gente a esto. Pero, claro, los que tenían 16 años en 2023, ahora ya tienen 18 y se pueden presentar. Es maravilloso, hay gente muy interesante». E, inevitablemente, con el paso de las ediciones muchos elementos evolucionan, empezando por los cambios que provoca e
Cientos de aspirantes desfilan este lunes por el Multiusos Fontes do Sar, en Santiago, compartiendo todos el mismo objetivo: despuntar y lograr pasar a la segunda fase del casting de Operación Triunfo. El programa, que desde su recuperación en 2017 se vuelve líder de audiencias en cada edición, prepara la de 2025 y su equipo gira por distintas ciudades del país escuchando lo que tienen que cantar unos y otros; conscientes de que, entre ellos, estará la persona que se coronará ganadora este año. Esta vez es el turno de la capital gallega, y desde bien temprano se congregó una enorme fila de candidatos a pasar el primer filtro en el exterior del recinto público. No hay un límite numérico que rija cuántas personas obtendrán la luz verde, así que las opciones se reparten del primer al último participante. Y ya en el primer cuarto de hora ha podido verse cómo alguno se iba para casa con la famosa pegatina. La selección arranca en torno a las 10 de la mañana, pero la cantidad de asistentes y la longitud de la cola que forman, que recorre la fachada del edificio, da a entender que llevan ahí unas cuantas horas más. María, Lucía y Simone llegaron pasadas las 7, con margen amplio para acudir con tranquilidad al que será su primer casting del programa. Han elegido cantar 'Ni una sola palabra', de Paulina Rubio; 'Catalina', de Rosalía; y 'Tú me acostumbraste', de Natalia Lafourcade. El repertorio que les ofrecen para la prueba comprende un centenar de canciones, y han tenido la suerte de que más de una les resultan cercanas y hasta les «encanta» desde «siempre». Un poco más atrás están dos grupos que se han juntado: por un lado Arón y Patricia -con otra amiga que les brinda «apoyo moral»- y por otro y Jorge y Chimène. Llegaron a las 8. Es la primera vez que se presentan, excepto Jorge, que reincide tras una primera intentona en 2023. Han escogido 'Normal', de Carolina Durante, 'Que te quería', de La quinta estación; 'Todo contigo', de Álvaro de Luna; y Guantanamera, de Guitarricadelafuente. La elección a Patricia y Chimène les vino casi dada, en cuanto vieron que la lista ofrecía temas que ya sienten cercanos. Pero no siempre es así: Aarón cuenta que es muy aficionado a Rosalía y se planteó ir con la misma que Lucía, 'Catalina', pero optó por una canción de Carolina Durante en la que se veía más en su salsa. También Jorge hizo labor de investigación: «Me gustaban muchas del catálogo, pero no veía que se ajustasen demasiado a mi voz. Al final tiré más por eso, por las que vi que sí podía hacer mejor». De lo que ninguno se ha librado es de las horas de práctica frente al espejo. «Creo que mis vecinos quedaron hartos. Ayer estuve cantando hasta las diez de la noche», ríe Patricia. Todas esas horas invertidas en practicar y el entusiasmo que les escapa por los poros han hecho que se planten a casi primera hora, como tantos otros, frente al Multiusos. «Íbamos a venir lloviese o nevase», tercia Jesús, algo más cerca de la entrada. El primer escenario, por lo menos, sí se ha cumplido. Y la preparación general de los asistentes se hace obvia cuando la estampa cambia a una multitud de paraguas en ristre. Al poco rato, distribuidos en tres filas en el interior del edificio, los 577 aspirantes comienzan con el casting. Se comparten miradas nerviosas, entre exhalaciones de aire y alguna entonación -en baja voz- de última hora. No pasan ni veinte minutos antes de que la primera persona reciba la pegatina que la acredita para pasar a la segunda fase. Es Virginia Cruz, una joven viguesa 'reincidente', que ya se había presentado en 2019 y ahora vuelve con energías renovadas. «La música es mi vida desde que tengo uso de razón. A todos los castings que hay, allí voy yo de primera. Me presenté a OT en 2019, no hubo suerte, y dije, 'venga, ahora tiene que ser'. Escogió la misma que Patricia: 'Que te quería', de La quinta estación, una de las más populares de esta prueba. Ella canta en bares de la ciudad viguesa, y reconoce que esta vez le ha sucedido como cuando se sube a un escenario: «Estoy como un flan hasta que empiezo a cantar. Todo cambia con la primera nota». La profesora y directora de la Academia de OT, Noemí Galera, lo resume en que los jueces, para hacer el cribado, esperan lo inesperado. «Si vamos con una idea fija, buscando esto y lo otro, a lo mejor [un aspirante así] ni se presenta. Venimos con la mente abierta y los que nos gusten más a todos serán a los que finalmente veréis aquí (...). Espacio para la sorpresa siempre hay. Y, además, siempre nos gusta que eso pase». Se reconoce «aombrada» por que la afluencia de aspirante se mantenga en cada edición, aunque entiende que cada año se abren las puertas para más gente. «Pienso que algún día dejará de presentarse la gente a esto. Pero, claro, los que tenían 16 años en 2023, ahora ya tienen 18 y se pueden presentar. Es maravilloso, hay gente muy interesante». E, inevitablemente, con el paso de las ediciones muchos elementos evolucionan, empezando por los cambios que provoca el crecimiento entre las nuevas tecnologías y las redes sociales. «Cada edición es diferente. Y, además, a medida que pasan los años, los jóvenes van evolucionando también en su manera de trabajar y de consumir la música. Lo tienen todo en el móvil ahora. No es lo mismo que en 2001, cuando empezamos y prácticamente no había acceso a todo esto. Cualquiera que quiera ahora formarse musicalmente puede hacerlo por internet, tiene un acceso a toda esa información mucho más fácil», considera. Termina con una reflexión, tras el hiato del programa en 2024: «En dos años cambia mucho también: no será el mismo perfil de concursantes el de los de 2023 que el de los de este año. Porque la sociedad ha evolucionado a una velocidad alucinante, y seguramente no serán ni mejores ni peores, sino diferentes». Según confirman desde la organización, a mediodía han superado la primera fase 33 aspirantes. (Noticia en ampliación)
Publicaciones Relacionadas