En Madrid, cuando mayo echa a andar y el sol se hace esperar, la ciudad sale a la calle para honrar a San Isidro Labrador , que es patrón, santo y, si me apuran, el primer castizo combinó el arado con el botijo para comenzar a hacernos a todos un poco campesinos y un poco borrachetes. Porque en esta villa no se venera a un santo de cualquier manera: aquí se hace con alboroto, con rosquillas y con esa alegría que solo se entiende si has pisado la Pradera un 15 de mayo. La cosa empieza al alba, que en San Isidro no hay pereza que valga y menos para celebrar el día de nuestro patrón. Los madrileños, desde el...
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