Mirtha Legrand, distinguida en el Palacio Libertad: su emoción al ver su “vida” en escena, un sentido deseo y el reproche a su familia

La actriz y conductora, de 98 años, fue reconocida como Personalidad Emérita de la Cultura y presenció una función especial de Mirtha, el mito, la obra que José María Muscari escribió pensando en su trayectoria

Abr 2, 2025 - 16:40
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Mirtha Legrand, distinguida en el Palacio Libertad: su emoción al ver su “vida” en escena, un sentido deseo y el reproche a su familia

Hace ya muchos años que Mirtha Legrand se encarga reiteradamente de naturalizar lo imposible. Y ante la atenta mirada de un público fiel y orgulloso, ella sola continúa escribiendo con letras de plata los capítulos de un libro personal al que las otras glorias del espectáculo argentino, o sea sus colegas, solo llegaron de manera póstuma a través de herederos o biógrafos.El reconocimiento como Personalidad Emérita de la Cultura a Mirtha Legrand se celebró este martes en el Auditorio Nacional del Palacio Libertad (ex CCK)

Este martes a la noche en el Auditorio Nacional del Palacio Libertad (ex CCK) al tope de su capacidad, se vivió un acontecimiento único en la historia del espectáculo argentino. La Chiqui, a sus 98 años, fue homenajeada como Personalidad Emérita de la Cultura en un evento organizado por la Secretaría de Cultura de la Nación. Y ante la ausencia de toda su familia y sin ninguna celebridad destacada, dio muestra de su grandeza, cuando acompañada por la directora del Palacio Libertad Valeria Ambrosio y el Secretario de Cultura Leonardo Cifelli, se sentó en primera fila a ver la obra que José María Muscari había craneado en base a ella.

Claro, si algo no caracteriza al polémico director de Sex es su corrección política, por lo que cualquier línea de su performance podría haber herido la susceptibilidad de la platea. Todos los presentes sabían que no iba a ser un show de continuos y empalagosos elogios como se acostumbra en estas ocasiones, sino una mordaz revisión de la leyenda viva del cine y la televisión argentina. Y dentro del plano surreal por donde se movió la velada, que haya una cornisa que divida la gloria de Devoto, era parte de la magia.Legrand presenció una función especial de Mirtha, el mito, la obra que Muscari escribió para homenajearla

Mirtha, el mito es una obra que se centra en 12 artistas de las más variadas que emulan a la Legrand con sus vestidos y latiguillos. Ellas son: Vanesa Butera, Julia Calvo, Victoria Carreras, Vera Frod, Andrea Ghidone, Natalia Lobo, Tiki Lovera, Belén Pasqualini, Anita Pauls, María Rojí, Dedé Romano y Heidy Viciedo. A su vez, las bailarinas Romi Fos, Delfina García Escudero y Josefina Oriozabala le dan aire y dinamismo a la puesta mientras, detrás en un costado, tres músicos tocan sus canciones más representativas, como las de sus películas y las cortinas de su eterno programa.

Con respecto a la función debut donde Natalia Lobo tuvo el incidente que obligó a suspender la obra en pleno acto, Muscari le bajó los decibeles al movimiento de sus protagonistas en escena. De hecho, Lobo no participa de esa carrera alocada que se desata tras la mención del film La patota, sino que se mantiene sentada en un costado. Pero del texto no cambió ni una coma. Eso sí, el director, bicho si los hay, puso en sus artistas más cercanas a La Chiqui, como Victoria Carreras y Anita Pauls, los diálogos más ásperos. Que no escuche de bocas ajenas, lo que preferiría callar.Vanesa Butera, Julia Calvo, Victoria Carreras, Vera Frod, Andrea Ghidone, Natalia Lobo, Tiki Lovera, Belén Pasqualini, Anita Pauls, María Rojí, Dedé Romano y Heidy Viciedo son las actrices a cargo de la obra

Sin embargo, en el mundo onírico de Legrand by Muscari hay mucha música, pasarela, risas y llantos. Momentos emotivos como cuando cada una de las actrices cuenta la primera vez que vio a Mirtha Legrand en su vida y los más divertidos cuando se enumeran las frases célebres de la diva de los almuerzos. Guiños históricos como cuando le dice a Silvana Suárez: “No te necesito para tener audiencia”, muy celebrado por el público; y toda una introducción performática para esa pregunta brutal e icónica que le hace a Sergio Schoklender de “por qué había matado a sus padres”.

Mirtha Legrand entró muy rápido en el código Muscari y casi como una espectadora más y foránea de su propia historia, se emocionaba en las escenas más delicadas, aplaudía en las divertidas y se sonrojaba en la incomodidad con gestos de mover la cabeza como diciendo “No puede ser, ¿yo hice eso?”. Y una vez que terminó la función, el momento más esperado de la noche. La devolución de la “cumpleañera”. La organización le puso una silla de frente al público para que diga unas palabras. Muscari se dirimía entre el bronce o el exilio.“Qué homenaje tan lindo. Yo no sé si merezco todo esto. Es demasiado

“Todo lo que han visto es verdad”, dijo emocionada La Chiqui. Y continuó: “Qué homenaje tan lindo. Yo no sé si merezco todo esto. Es demasiado. Empecé a los 14 años y no paré de trabajar nunca, a excepción de unos años por motivos que prefiero no mencionar. Les agradezco los aplausos. Hoy no voy a dormir. Voy a pensar en todo esto. ¿Quién estudió todo esto? Sos un peligro Muscari, cómo estudiaste todo esto. Las chicas son maravillosas. Voy a recomendarle la obra a todo el mundo”.

Cada una de las palabras de Mirtha fueron seguidas por fuertes aplausos y algún que otro grito de aliento. El “Mirtha te amamos” fue una constante y los celulares intentado inmortalizar el momento con filmaciones caseras le daban el marco histórico justo. Hacia el final hizo mención a la llamativa ausencia de su familia. “Me hubiese gustado que mi familia estuviese hoy conmigo. Qué difíciles que son. Yo quiero que la vean, porque ellos no se dan cuenta que yo soy Mirtha Legrand; para ellos soy la abuela, la mamá o La Chiqui. Pero es una familia maravillosa”, resumió. Y a modo de cierre concluyó: “Soy la mujer más feliz del mundo. Fue un verdadero placer estar hoy acá. Solo les pido una cosa: yo soy grande, muy mayor y cuando me vaya de este mundo, no me olviden”.

Pasada la euforia y ya con el auditorio vacío, uno de los mayores responsables de la cita, José María Muscari, habló en exclusivo con LA NACIÓN: “Estoy súper movilizado. Es la primera vez que hago una obra de teatro inspirándome en una existencial real y que esa realidad esté contrapuesta con la persona que tenés ahí enfrente, que está comparando toda su existencia con lo que yo hice, es muy fuerte. No hay mejor sensación que sus palabras del final. Que se sintió no solo homenajeada, sino investigada y respetada, tanto en lo bueno como en lo malo. El espectáculo no es complaciente, sino que tiene mucha ironía y mirada torcida sobre su existencia. Pero Mirtha tuvo mucha entereza, humor e inteligencia para absorber esas miles de variantes”.

Otro acierto del director fue no sentarse junto a ella. Hubiese sido un foco de distracción para todos los presentes: “Elegí no sentarme al lado de ella porque estaba muy nervioso y quería que esté libre de expresarse y comportarte como lo sintiera. La vi llorar en los momentos emotivos, aplaudir y reírse. Mirtha es sincera, no hay manera de manipularla. Me voy a mi casa con el alma llena de felicidad”.Victoria Carreras, una de las protagonistas de Mirtha, el mito

Con la velada consumada y los ecos de una noche histórica resonando aún en el aire, Victoria Carreras también habló con LA NACIÓN: “Tengo una emoción muy grande. A Mirtha la conozco desde muy pequeña, pero haber podido honrar su vida sobre un escenario es algo que nunca olvidaré. La ternura de su mirada en primera fila fue impactante. Llevo muchos años haciendo teatro y más de 40 obras estrenadas, pero nunca viví algo así como lo de hoy, tan conmovedor. Estoy infinitamente agradecida a Muscari por haberme convocado”.

Mirtha, el mito continúa desde el 6 de abril y por cuatro únicas funciones en el teatro Regina los domingos a las 18 horas, en la sala que lleva su mismo nombre. Porque si la leyenda continúa, que lo haga con ribetes entre fantásticos e inéditos. Tal cual su vida.