Las políticas verdes de la Unión Europea, muchas de ellas de obligado cumplimiento, son un reto para las empresas. Ahora, además, también supone puntos de fricción entre ellas. Este episodio se vive entre aerolíneas y petroleras en los cielos del viejo continente a cuenta del combustible; en concreto, del SAF (generado a partir de residuos), cuya utilización conlleva una reducción de emisiones superior al 80% en comparación al queroseno de origen mineral. Toda esta pelea la pagarán los consumidores finales. Se estima que las obligaciones medioambientales de Bruselas dispararán los precios de los billetes un 24% en vuelos intraeuropeos durante las dos próximas décadas. Por lo que respecta al origen del problema, todo surge porque la Unión Europea fijó unos...
Ver Más