Feminismo: parece que hay debate
Otro punto interesante es la presencia de Carmen Calvo como opinión divergente y abierta al debate dentro del feminismo.


Más allá de las batucadas y las hakas, la celebración del ocho de marzo ha reabierto algunos debates importantes que muestran hacia dónde va la división en el feminismo actual. ¿A qué manifestación va usted a la de la mañana, a la de la tarde o a las dos? Además de esto nos queda la siguiente reflexión: lo peor de todo es no poder debatir, cuando el debate se cierra con un calificativo barato hacia el otro, la esperanza está perdida.
Un grupo de feministas se acercó a la ministra de igualdad, Ana Redondo, para hacerle llegar su pesar por el hecho de que sigan en vigor algunos artículos de la ley Trans que permiten, entre otros, el coladero del cambio de sexo sin ningún control. Hay debate, aunque parece que se nos había olvidado esta chapuza. Tampoco se nos han olvidado los agresores sexuales que salieron a la calle antes de tiempo a raíz del desastre legal de antología que supuso la aplicación de esta ley.
Calvo dejó bien claro que la mujer no es un colectivo, es, más o menos, la mitad de la población.
Otro punto interesante en el plano de las ideas es la presencia de Carmen Calvo como opinión divergente y abierta al debate dentro del feminismo. No vamos a explicar en esta columna los diferentes bandos en los que se divide el feminismo oficial, sería complicado y requiere mucho espacio. Lo que sí que parece claro es que el debate entre los conceptos de sexo biológico y género no está cerrado. Resulta muy recomendable escuchar la entrevista que dejó la actual presidenta del Consejo de Estado con Carlos Alsina el pasado viernes día siete de marzo.
Calvo dejó bien claro que la mujer no es un colectivo, es, más o menos, la mitad de la población. Afirmó sin miedo que su partido no puede ser queer, ni practicar un “terraplanismo del género”, sin tener en cuenta la existencia del sexo biológico. También afirmó que el feminismo en el que ella cree es, por definición, abolicionista de la prostitución. En otras intervenciones, Calvo ha pedido que el debate sea más profundo y delicado, que no se cierre con el adjetivo “tránsfoba” y que se escuche a las partes.
Calvo afirma que el sexo biológio existe y que es determinante. También existe el género como un concepto más amplio, una construcción social y cultural que determina al individuo en su forma de percepción. Entre estas dos definiciones está el debate y es un debate que no se ha definido bien y que se ha manipulado con intenciones perversas. Reabrir esta discusión, reflexionar, corregir y escuchar a los demás, parece, sin duda, una de las acciones más sensatas que el feminismo contemporáneo debe seguir realizando.