Ensalada de bacalao y garbanzos: una receta sencilla y perfecta para la Cuaresma
La ensalada de bacalao y garbanzos es una opción saludable y equilibrada que se adapta perfectamente a los días de Cuaresma, pero también a cualquier época del año. Con ingredientes sencillos y un proceso de preparación rápido, este plato combina la suavidad de los garbanzos con el toque salado del bacalao, acompañado de una vinagreta fresca que realza sus sabores. Tradicionalmente, en estas fechas se preparan recetas con espinacas , como el potaje de garbanzos , pero cada vez más personas buscan alternativas ligeras e innovadoras. Aquí encaja nuestra ensalada de bacalao y garbanzos, que se suma a otras recetas cuaresmales que han evolucionado, como las torrijas de pan brioche o las tortillitas de bacalao en freidora de aire . Rica en proteínas y fibra , esta ensalada es ideal para una alimentación equilibrada y muy fácil de preparar. Sigue leyendo para saber cómo hacerla paso a paso y toma nota de algunos trucos que te ofrecemos para que quede perfecta. Comienza desmigando el bacalao en tiras pequeñas y revisa que no tenga espinas. Ponlo en un bol amplio y reserva. Corta la cebolla morada en juliana fina, los pimientos en tiras y los tomates cherry en mitades. Añade todos estos ingredientes al bol donde tienes el bacalao. Escurre los garbanzos de su líquido de cocción y no lo tires. Recuerda que puedes utilizar este líquido ( aquafaba ) para hacer otras recetas. Une los garbanzos escurridos al resto de ingredientes de la ensalada y añade también las aceitunas negras. Para la vinagreta , en un pequeño cuenco mezcla el aceite de oliva, el vinagre, una pizca de sal y pimienta, y bate bien hasta emulsionar. Vierte la vinagreta sobre la ensalada y mezcla suavemente para que todos los ingredientes se impregnen de sabor. Finalmente, espolvorea perejil fresco picado por encima y disfruta de esta ensalada refrescante y deliciosa perfecta para los viernes de Cuaresma. Si el bacalao está demasiado seco, antes de desmigarlo, puedes escaldarlo en agua caliente durante un par de minutos para que quede más jugoso. Aunque los de bote de garbanzos cocidos son prácticos, si tienes tiempo, cuécelo en casa para conseguir una mejor textura y sabor . Puedes cocerlos con laurel para darles un toque aromático. Si quieres enriquecer la ensalada, puedes incorporar huevo duro, aguacate o incluso unos frutos secos para aportar más textura y matices de sabor. Puedes servir esta ensalada de bacalao y garbanzos con unas rebanadas de pan tostado o de pan de centeno para hacerla aún más completa. El bacalao es una excelente fuente de proteínas magras y ácidos grasos omega-3 , que benefician la salud cardiovascular. Los garbanzos, por su parte, aportan fibra y energía , ayudando a la digestión y a mantener la saciedad. Además, el aceite de oliva virgen extra y las verduras frescas enriquecen la ensalada con antioxidantes y vitaminas esenciales. Por lo tanto, esta ensalada de bacalao y garbanzos es una opción saludable, fácil de hacer y perfecta para disfrutar esta Cuaresma y Semana Santa , ya sea como plato principal o como guarnición ligera y nutritiva.
La ensalada de bacalao y garbanzos es una opción saludable y equilibrada que se adapta perfectamente a los días de Cuaresma, pero también a cualquier época del año. Con ingredientes sencillos y un proceso de preparación rápido, este plato combina la suavidad de los garbanzos con el toque salado del bacalao, acompañado de una vinagreta fresca que realza sus sabores. Tradicionalmente, en estas fechas se preparan recetas con espinacas , como el potaje de garbanzos , pero cada vez más personas buscan alternativas ligeras e innovadoras. Aquí encaja nuestra ensalada de bacalao y garbanzos, que se suma a otras recetas cuaresmales que han evolucionado, como las torrijas de pan brioche o las tortillitas de bacalao en freidora de aire . Rica en proteínas y fibra , esta ensalada es ideal para una alimentación equilibrada y muy fácil de preparar. Sigue leyendo para saber cómo hacerla paso a paso y toma nota de algunos trucos que te ofrecemos para que quede perfecta. Comienza desmigando el bacalao en tiras pequeñas y revisa que no tenga espinas. Ponlo en un bol amplio y reserva. Corta la cebolla morada en juliana fina, los pimientos en tiras y los tomates cherry en mitades. Añade todos estos ingredientes al bol donde tienes el bacalao. Escurre los garbanzos de su líquido de cocción y no lo tires. Recuerda que puedes utilizar este líquido ( aquafaba ) para hacer otras recetas. Une los garbanzos escurridos al resto de ingredientes de la ensalada y añade también las aceitunas negras. Para la vinagreta , en un pequeño cuenco mezcla el aceite de oliva, el vinagre, una pizca de sal y pimienta, y bate bien hasta emulsionar. Vierte la vinagreta sobre la ensalada y mezcla suavemente para que todos los ingredientes se impregnen de sabor. Finalmente, espolvorea perejil fresco picado por encima y disfruta de esta ensalada refrescante y deliciosa perfecta para los viernes de Cuaresma. Si el bacalao está demasiado seco, antes de desmigarlo, puedes escaldarlo en agua caliente durante un par de minutos para que quede más jugoso. Aunque los de bote de garbanzos cocidos son prácticos, si tienes tiempo, cuécelo en casa para conseguir una mejor textura y sabor . Puedes cocerlos con laurel para darles un toque aromático. Si quieres enriquecer la ensalada, puedes incorporar huevo duro, aguacate o incluso unos frutos secos para aportar más textura y matices de sabor. Puedes servir esta ensalada de bacalao y garbanzos con unas rebanadas de pan tostado o de pan de centeno para hacerla aún más completa. El bacalao es una excelente fuente de proteínas magras y ácidos grasos omega-3 , que benefician la salud cardiovascular. Los garbanzos, por su parte, aportan fibra y energía , ayudando a la digestión y a mantener la saciedad. Además, el aceite de oliva virgen extra y las verduras frescas enriquecen la ensalada con antioxidantes y vitaminas esenciales. Por lo tanto, esta ensalada de bacalao y garbanzos es una opción saludable, fácil de hacer y perfecta para disfrutar esta Cuaresma y Semana Santa , ya sea como plato principal o como guarnición ligera y nutritiva.
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