Elena Congost: "He vuelto para enseñar a mis hijas lo que es el deporte de alto rendimiento"

Me reúno con la atleta paralímpica Elena Congost para repasar su trayectoria deportiva y vital y recordar su experiencia en la capital francesa, donde le...

Mar 13, 2025 - 09:16
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Elena Congost: "He vuelto para enseñar a mis hijas lo que es el deporte de alto rendimiento"

Durante los Juegos Paralímpicos de París su imagen dio la vuelta al mundo al ser desposeída de la medalla de bronce por soltar durante un segundo a su guía, Mia Carol, en la recta de meta de la prueba de maratón. Lejos del resentimiento y la tristeza que podría tener, la atleta afirma que recuerda unos Juegos muy bonitos y especiales. “Era mi regreso a la alta competición, estaban allí mis hijas y me llevo momentos muy importantes”, asegura mientras comienza a preparar sus próximos objetivos, que culminarán en 2028 con los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles.

En la ciudad estadounidense aspira a quitarse la espinita de París sin olvidar que su ambición hace que siempre apunte a lo máximo. Lo cuenta una persona a la que al hablar de justicia se le viene a la cabeza el momento que vivió junto a su guía. “Un deportista que va acompañado de su guía no tiene derecho a ayudarlo porque se le descalifica. Pero un atleta olímpico, que va sin cuerda y sin guía, si cae un compañero puede ayudarlo y pueden llegar juntos a meta y ser campeones del mundo”, reflexiona.

Los de París fueron sus quintos Juegos Paralímpicos, a los que precedieron los de Atenas, Pekín, Londres y Río. Congost recuerda que en la cita de Londres logró una plata y en Río un oro y afirma que ganar una medalla es una sensación que no se puede describir.

De cara a los que serán sus sextos Juegos Paralímpicos, Roger Sans será su guía. En el último ciclo paralímpico fue su nutricionista y cree que forman un buen equipo ya que, como reconoce, la figura del guía es muy importante, sobre todo en maratón “porque es una prueba que se hace fuera del estadio, en un circuito urbano, con las complicaciones de la ciudad, de bordillos, de badenes, de curvas, subidas y bajadas”. La compenetración tiene que ser total al ser la persona que da al atleta los avituallamientos o marca los ritmos de carrera.

“Mi marido me convenció de que volviera para enseñar a mis hijas lo que es el deporte de alto rendimiento”

A París llegó tras ocho años apartada de la alta competición y ser madre de cuatro hijos. La decisión de volver confirma que no fue totalmente suya. “Tengo un marido que es comercial, es muy buen vendedor y me convenció él de que volviera”, explica. Está casada con el exgimnasta Jordi Riera, quien le dijo que tenía que enseñar a Arlet, Abril, Ona y Lluc, sus retoños, lo que era el deporte de alto rendimiento, el compromiso, la lucha y el esfuerzo por un objetivo.

Para Congost, Compatibilizar el atletismo con la maternidad es un tetris que tienes que montar a diario, como cualquier madre trabajadora. En su caso, afirma que tiene un equipo en la pista y otro fuera que “son igual de importantes porque sin ellos no podrías hacer tu trabajo”.

Con una discapacidad visual de nacimiento por una atrofia del nervio óptico, la catalana afirma que para ella su equipo es innegociable. En el mismo está, tras los Juegos de París, Iberdrola. “Después de quedarnos sin medalla y de vivir un momento deportivamente y personalmente tan negativo, pues no sabía si iba a poder continuar con mi carrera deportiva, que una empresa como Iberdrola te llame, te abra las puertas, te valore y te dé toda su confianza, para mí fue muy importante”, cuenta.

Apoyos que contrastan con las renuncias que reconoce que ha tenido que hacer. “Desde que comienzas con el deporte, son todo renuncias; pero las haces porque quieres. No son ningún sacrificio”, comenta quien considera que en la actualidad es un altavoz de la discapacidad, del deporte y de cómo una mujer en muchos momentos se puede sentir vulnerable y sigue luchando.

“Desde que comienzas con el deporte son todo renuncias, pero las haces porque quieres”

Para el futuro, tiene sueños deportivos y personales. En el primero de los casos, estar en un podio “lo más alto posible”. Por otro lado, quiere continuar dedicándose a compartir valores, a educar en la inclusión de la discapacidad “y a sentirme feliz con lo que hago”, concluye esta maestra que tiene la profesión “guardadita para cuando toque en un futuro”.