El show de Martín: la charlotada que despidió a Pareja-Obregón

Las calzonas del traje de corto no le cerraban, el chalequillo era de oro y para colmo llevaba castañeta. Ya estaba todo mal, antes de hacer el paseíllo en la plaza de toros de Higuera de la Sierra, que se había llenado para despedir a Martín Pareja-Obregón tras un cuarto de siglo retirado. Fue sin duda una gran despedida... de soltero. Por la falta de seriedad que él y su séquito le dieron al toreo. Una imagen grotesca más propia del toreo bufo que de la tauromaquia que a todos nos conviene defender. Martín Pareja-Obregón toreó de maravilla al natural, pero era imposible reconocer sus méritos bajo ese disfraz de Ángel Cristo. Una tarde digna de haberse celebrado a puerta cerrada , entre amigos, familiares y simpatizantes. Se llevó un becerro de dulce de Osborne, ideal para su performance. Porque igualmente combinaba tandas en redondos con bailes regionales que desternillaba a los tendidos. Finalmente, y tras cortar las dos orejas y el rabo, se sentó en una sillita y le cortaron la 'coleta'. ¡Por fin, Martín! Todo aquello ocurrió a la misma hora en que Roca Rey cuajaba una de las obras más redondas de su carrera. Los aficionados cambiaban de canal como si con un simple botón se pudiera pasar de la Champions a tercera regional. De la grandeza a las ruinas del toreo. De 'Tardes de soledad' al show de Martín . ¡Qué bochorno!

Mar 16, 2025 - 11:31
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El show de Martín: la charlotada que despidió a Pareja-Obregón
Las calzonas del traje de corto no le cerraban, el chalequillo era de oro y para colmo llevaba castañeta. Ya estaba todo mal, antes de hacer el paseíllo en la plaza de toros de Higuera de la Sierra, que se había llenado para despedir a Martín Pareja-Obregón tras un cuarto de siglo retirado. Fue sin duda una gran despedida... de soltero. Por la falta de seriedad que él y su séquito le dieron al toreo. Una imagen grotesca más propia del toreo bufo que de la tauromaquia que a todos nos conviene defender. Martín Pareja-Obregón toreó de maravilla al natural, pero era imposible reconocer sus méritos bajo ese disfraz de Ángel Cristo. Una tarde digna de haberse celebrado a puerta cerrada , entre amigos, familiares y simpatizantes. Se llevó un becerro de dulce de Osborne, ideal para su performance. Porque igualmente combinaba tandas en redondos con bailes regionales que desternillaba a los tendidos. Finalmente, y tras cortar las dos orejas y el rabo, se sentó en una sillita y le cortaron la 'coleta'. ¡Por fin, Martín! Todo aquello ocurrió a la misma hora en que Roca Rey cuajaba una de las obras más redondas de su carrera. Los aficionados cambiaban de canal como si con un simple botón se pudiera pasar de la Champions a tercera regional. De la grandeza a las ruinas del toreo. De 'Tardes de soledad' al show de Martín . ¡Qué bochorno!