El PP de Madrid apartó al diputado Álvaro Ballarín tras varias acusaciones de acoso laboral a militantes
El PP de Madrid apartó en enero de 2024 a Álvaro Ballarín de la presidencia del partido en Moncloa, cargo que ocupaba desde hacía más de dos décadas, tras acusaciones de acoso laboral a militantes de la formación, según ha podido confirmar OKDIARIO en exclusiva. De acuerdo con el testimonio de una de las acosadas … Continuar leyendo "El PP de Madrid apartó al diputado Álvaro Ballarín tras varias acusaciones de acoso laboral a militantes"

El PP de Madrid apartó en enero de 2024 a Álvaro Ballarín de la presidencia del partido en Moncloa, cargo que ocupaba desde hacía más de dos décadas, tras acusaciones de acoso laboral a militantes de la formación, según ha podido confirmar OKDIARIO en exclusiva. De acuerdo con el testimonio de una de las acosadas al que ha tenido acceso este medio, las denuncias internas incluyen «insultos y amenazas que sobrepasaron los límites de lo laboral».
Fuentes de la dirección del PP de Madrid han confirmado a OKDIARIO conocer estas acusaciones, aunque señalan que el relevo respondió a una «renovación lógica tras tantos años en el cargo». «Hemos puesto una gestora en Moncloa porque Ballarín llevaba 21 años en el cargo, en un contexto donde se combina el afán de renovación con quejas de afiliados sobre su gestión», explican estas fuentes.
El detonante final habría sido un presunto incidente ocurrido en 2024 durante una cena de fin de año en un restaurante de la calle Rosales, donde Ballarín habría tenido un altercado con una militante que posteriormente lo comunicó a la dirección del partido.
Este episodio precipitó la decisión de nombrar a Borja Fanjul como líder de los populares en Moncloa mediante una gestora, que también asumió el control del grupo Popular en Carabanchel. De esta manera, y hasta la próxima convocatoria de elecciones, la gestora y el mando del Distrito lo asumirá Fanjul, que ostenta también el puesto de presidente del Pleno de Cibeles, siendo una persona de total confianza del círculo del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
«Agarrones e insultos»
Las quejas sobre el comportamiento violento de Ballarín se remontan a 2021, aunque el partido indica que las víctimas no presentaron denuncias formales ante el Comité de Derechos y Garantías. Varios testimonios recogidos por este medio describen situaciones donde se «sobrepasaron los límites de lo laboral», incluyendo incidentes de «levantamiento de mano, agarrones y conducción forzosa del brazo hacia una habitación para continuar los insultos».
Testigos presenciales afirman haber escuchado los gritos de Ballarín «por toda la Junta de Moncloa» en múltiples ocasiones. Consultado por OKDIARIO, Ballarín ha negado estos hechos, asegurando que «en ningún momento se produjeron» y que no recibió advertencias desde Génova sobre las quejas. Añade que asume el cambio como «un paso al lado tras más de 20 años al frente del equipo en Moncloa».
Según las fuentes consultadas por este diario, hacía tiempo que Ballarín estaba en el punto de mira de los responsables populares, en tanto que algunos de sus compañeros aseguraban que la conducta del diputado «no era, ni mucho menos, la correcta». Desde el seno de los populares madrileños lamentan que no se hubiera zanjado todo con el propio Ballarín tras algunos de «sus otros deslices», que le han granjeado numerosas enemistades.
Los «otros deslices» de Ballarín
En 2015, Ballarín logró mantener su posición política durante los presuntos escándalos de corrupción que afectaron al PP madrileño. Continuó como número siete en la lista de Cristina Cifuentes, ya que no había cruzado ninguna «línea roja», según se argumentó entonces. El juez del caso aclaró que cualquier supuesta vinculación de Ballarín con las cuentas madrileñas se debería, en todo caso, a un error meramente administrativo, aunque señaló que no parecía existir tal error.
La trayectoria de Álvaro Ballarín también generó controversia en 2011, cuando contrató como asesora cultural del distrito a Cintia Martínez, Miss Barcelona 2007 y modelo que había aparecido en la portada de Interviú en 2008. Martínez ejerció como coordinadora de varias obras en un ciclo de teatro organizado por la Junta de Distrito, hasta que el Ayuntamiento negó que trabajara oficialmente como asesora cultural.
Los funcionarios declararon entonces a diversos medios que «había estado acudiendo regularmente a trabajar» hasta que «un día dejó de presentarse». Aunque el caso no tuvo consecuencias judiciales, esta contratación no fue bien recibida dentro del PP madrileño.
Anteriormente, Ballarín también había sido objeto de atención mediática por su intervención en el caso del «pequeño Nicolás». Según publicaron varios medios y confirmó Francisco Benito, director del Instituto Ortega y Gasset, fue Ballarín quien «llamó para pedir el favor» de incluir al joven en las clases especiales para deportistas de élite del centro educativo.