El momento más feliz de la vida de Dani Martín
Jordi Évole ha convivido en un camping con Dani Martín.

"¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida?", pregunta Jordi Évole a Dani Martín. Están en un camping en invierno. Sentados, frente a la piscina vacía que espera el jolgorio del verano con su agua helada de soledad.
"¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida?". Interrupción. Hay un corte para la publicidad. Un poquito de suspense antes de que la pregunta se retome después de los anuncios. Entonces, Dani gira la mirada y contesta sin titubear: “pues yo creo que este. Yo creo que vivir los momentos más felices en el presente es lo mejor. Y este es un momento de más sosiego, de más tranquilidad. El canto del loco lo veo como un botellón. Esto lo veo como disfrutar de una buena comida, de paladear. Paladear, sería una buena palabra. Creo que estoy en el mejor momento de mi vida. Aunque Serrat nos diría ‘sois muy jóvenes todavía’”.
Suena de fondo Mediterráneo. Que ha protagonizado tantos momentos de felicidad en la vida de tantas generaciones de españoles. Y se abre la imagen. Está terminando Lo de Évole sin necesidad de despedidas. Un capítulo que comenzó con una empleada del camping ejerciendo su trabajo de señalar en el mapa dónde está el bungalow que alojará a los huéspedes y, a la vez, demostrando su otro oficio: el de escuchar para acompañar. “Hablar ayuda mucho. A muchas cosas”, reflexiona.
El camping tiene minigolf (con esos puentes que tanto nos gustaban de niños), dos pistas de tenis y nombre de composición del propio El Canto del Loco. El canto la gallina, se llama. Ideal para una convivencia en la que Dani y Jordi encuentren momentos felices y compartan cosas de la vida sin que parezca un accidente una entrevista: la paternidad que ilusiona, la madurez que llega de golpe, la inseguridad que levanta el físico juzgado en cada instante cotidiano, incluso la suerte de pagar a hacienda. Salió el titular viral: "Pagar a hacienda no significa ser bueno, significa ser justo", dice Dani Martín que, también, ha afrontado el valor y el problema de abrirse en canal en las redes sociales. “Hay que contar menos”, le aconsejó Joan Manuel Serrat cuando los medios pusieron las alarmas a lo que solo fue un generoso acto de sinceridad tuitera por parte del cantante. Es lo que pasa en la sociedad de la información descontexualizada. La celeridad con la que nos llegan las noticias propicia que nos quedemos con el clic efectista de 60 segundos y nos perdamos los entornos de la conversación. El éxito de Jordi Évole está justo en el otro lado, en la capacidad de tomarse su tiempo para escuchar. Hasta plasmar en su programa los diálogos que son los verdaderos protagonistas de la vida, de todas las vidas.
Esta vez, diálogos desde un pequeño bungalow en el que retirarse lejos del ruido y la prisa. Dani Martín, de nuevo, en la tele desde un bungalow. Porque en otro bungalow le conocimos, cuando apareció en uno de aquellos memorables especiales de fin de año de Martes y 13. Él, a pocos Telediarios de la edad del pavo, ejerciendo de botones de las vacaciones en Mallorca de la imitación para la posteridad de Encarna Sánchez e Isabel Pantoja. Han pasado casi cuarenta años de aquellas risas. "¿Cuál ha sido el momento más feliz de tu vida?". Por qué elegir, leñe.