El mamey: la joya mexicana que nutre, embellece y conquista
Si aún no has probado el mamey, te estás perdiendo un tesoro mexicano que no solo sabe increíble, sino que también le da un boost a tu salud y te deja la piel radiante. Esta fruta tropical, con su pulpa rojiza y dulce, está cargada de vitamina C, antioxidantes y un montón de nutrientes, convirtiéndose […]

Si aún no has probado el mamey, te estás perdiendo un tesoro mexicano que no solo sabe increíble, sino que también le da un boost a tu salud y te deja la piel radiante. Esta fruta tropical, con su pulpa rojiza y dulce, está cargada de vitamina C, antioxidantes y un montón de nutrientes, convirtiéndose en una de las mejores frutas de la temporada en México, perfecta para la primavera y el verano.
Beneficios y propiedades del mamey:
El mamey, también conocido como zapote mamey, es esa fruta ovalada con cáscara áspera que encuentras en mercados de Veracruz, Yucatán o Chiapas. Su interior es un espectáculo: un color intenso que grita carotenos (los antioxidantes que cuidan tus células) y un sabor que te hace pensar en un cruce entre calabaza y melón, pero mejor. México produce miles de toneladas al año, con Yucatán liderando el juego con más de 13 mil toneladas. ¿Lo genial? Es súper versátil: lo puedes comer solo, en un smoothie, como helado casero o hasta en galletas. Es como el amigo multifacético que siempre tiene algo cool que ofrecer.
Por qué tu cuerpo ama el mamey
Primero, está lleno de vitamina C, lo que significa que tu sistema inmune se pone en modo superhéroe, listo para pelear contra resfriados. Luego están los carotenos, que no solo le dan ese tono vibrante, sino que protegen tu piel del envejecimiento y mantienen tus ojos en forma. ¿Tienes problemas digestivos? La fibra del mamey te cubre, ayudando a que todo fluya como debe. Y si te preocupa el corazón, el potasio regula tu presión arterial como un jefe. Bonus: es 75% agua, así que te hidrata mientras te nutre. ¿No es eso un combo ganador?
Agregar al mamey en tu vida es fácil
Licúalo con un poco de leche y hielo para un batido rápido que grita verano. O prueba este hack: haz helado casero con mamey maduro, leche condensada, crema para batir y un toque de vainilla. Solo licúa, congela unas 6 horas y listo. También puedes cortarlo en trozos y mezclarlo con yogur para un snack sano. La clave: cómpralo maduro, cuando la cáscara cede un poco al apretarla, para que esté en su punto dulce.
Una fruta que te cuida por dentro y por fuera
No todo es la pulpa. La semilla del mamey, o pixtle, se transforma en un aceite que es oro puro. En la antigüedad, lo usaban como tónico para dolores musculares, y hoy hasta lo encuentras en productos de belleza para hacer crecer las pestañas o suavizar la piel. Si te animas, busca recetas caseras con este aceite; un masaje con él después de un día largo suena a planazo.
Este mamey no solo es un placer culpable para el paladar, sino una joya mexicana que te hace bien sin esfuerzo. Con sus antioxidantes peleando por tu piel, la vitamina C dándole fuerza a tu sistema inmune y el potasio cuidando tu corazón, es como un kit de supervivencia tropical. Además, apoyas a los productores locales de estados como Yucatán o Guerrero cada vez que lo eliges.