El espíritu autoritario

JD Vance ha puesto al descubierto la realidad de que, en el mundo, se prefiere a los regímenes autoritarios. Sus comentarios sobre Alemania fomentan el apoyo a los movimientos de ultraderecha.

Feb 17, 2025 - 09:50
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El espíritu autoritario

O la ignorancia es grande o la memoria es corta o el pragmatismo y la perversidad imperan; con el tiempo se hará el balance.

En reiteradas ocasiones, muy diversas voces han señalado que la democracia no vive sus mejores momentos ni en nuestro país ni en el mundo y se han aportado importantes evidencias al respecto.

No hay que remontarse al preclásico, se trata de tan solo 70 años, un suspiro en la cronología histórica.

La decisión alemana no solo estaba sustentada en las secuelas de la devastación de la guerra y no era una prohibición más, no era un “buen propósito”; se quería que la tragedia no se volviera a repetir y la mejor manera era impulsar un extenso programa de educación cívica que buscaba inculcar en las nuevas generaciones la democracia y la tolerancia y hacer patente que la exclusión ortodoxa como el racismo o la intolerancia religiosa deriva en genocidio.

Muchos recursos se destinaron a esa tarea y la academia, la industria fílmica y la literatura pasaron de la publicidad polar de la Guerra Fría a la libre expresión para documentar la devastación.

La decisión alemana fue extraordinaria por sus alcances y pretensiones, y las razones eran obvias; sin embargo, otros países occidentales impulsaron importantes programas a favor de la democracia.

Así, se multiplicaron los programas por la democracia en Europa y en otros horizontes; parecía que habíamos aprendido y que lo que nos esperaba era una luminosa época en la que los derechos se ampliarían, al igual que la posibilidad de una sociedad tolerante multicultural.

Sin embargo, a la vuelta de la esquina nos dimos cuenta de que la madurez social no era tal y que muy probablemente Erich Fromm tenía razón al tratar de explicar cómo en un breve periodo entre las dos guerras se volvió a caer en el mismo y que finalmente lo que teníamos era miedo a la libertad.

Las encuestas en el mundo indican que la población prefiere en estos momentos un régimen autoritario cuando se trata de resolver los problemas comunes.

El señor Vance pone al descubierto esta realidad e irresponsablemente parece alentar a los movimientos ortodoxos de ultraderecha, aquellos que no solo crecen en Alemania, sino que suman fuerzas en Francia, España, Italia, Países Bajos, Hungría, Polonia y otros países de la UE y han hecho de la posibilidad de una Europa unida y democrática un proyecto hoy en duda, ya que Gran Bretaña dio un paso lateral.

La política norteamericana parece dar un vuelco en esta materia y al pronunciamiento del vicepresidente se suma la desaparición de la más importante agencia de los EU para promover la democracia, abrir espacios a la libertad de expresión y para el apoyo a proyectos de desarrollo, la USAID.

Agencia que, si bien jugó un papel muy importante para la promoción del “American way of life” durante la Guerra Fría, también es cierto que abrió espacios para la promoción de los valores democráticos.

Lo anterior no es algo que nos sea ajeno, son los aires de los tiempos, el “espíritu autoritario” que recorre el globo y contamina nuestro país.

La apuesta por la democracia es la apuesta por la civilización, por el reconocimiento de la política como instrumento para llegar a acuerdos sociales legítimos, incluyentes y de largo aliento.

POSDATA: Las elecciones de los juzgadores siguen dando la nota, ahora resulta que las listas que entregó el Senado al INE carecen de datos para identificar las candidaturas, de manera tal que no solo será difícil saber por qué se vota, sino que además se rompe con un principio fundamental de cualquier elección: ¿por quién se vota?