El Canal del Manzanares: así fue el ambicioso (y fracasado) proyecto del siglo XVIII que iba a unir Madrid con Lisboa

La idea era unir Madrid con Aranjuez, para luego llegar a Lisboa por el Tajo o por otro canal a Sevilla.

Mar 18, 2025 - 06:52
 0
El Canal del Manzanares: así fue el ambicioso (y fracasado) proyecto del siglo XVIII que iba a unir Madrid con Lisboa

Se desarrollaban los trabajos de ampliación de la línea 11 (L11) de Metro de Madrid: comenzaban los movimientos de tierra para construir la futura estación de Madrid Río. Y entonces afloró un tramo del Real Canal del Manzanares. Los restos históricos hallados son unos 30 metros de tablones de madera apuntalados con estacas y parte de lo que fue un embarcadero.

Se trata de una infraestructura del siglo XVIII que se creó para el transporte de mercancías, siguiendo el ejemplo del Canal de Castilla. "Sus restos son el testimonio directo de que Madrid, un día, quiso ser puerto de mar y, de hecho, conseguiría ser plenamente navegable", explica el Grupo de Investigadores del Parque Lineal del Manzanares.

Si el de Castilla fue ambicioso por pretender comunicar Valladolid y Palencia con el puerto de Santander para dar salida al cereal, este de Madrid no lo fue menos. La idea era unir Madrid con Aranjuez a través de un canal fluvial, y que allí se dividiera para ir a Lisboa por el Tajo o por otro canal hasta Sevilla.

600 km de distancia y un desnivel de 650 m

La idea no era nueva, se llevaba pensando desde tiempos de los Austrias, cuando se estudió la posibilidad de desviar el Jarama al Manzanares, para incrementar su caudal y obtener un río navegable. Pero "conectar Madrid con el mar, a 600 km de distancia y con 650 m de diferencia de altitudes, sin duda fue una osadía", explica la web de la Plataforma de Amigos Real Canal de Manzanares. Claro que hay que tener en cuenta que en aquella época aún no se conocía la altitud del interior.

Sus restos son el testimonio directo de que Madrid, un día, quiso ser puerto de mar"

No fue hasta el reinado de Carlos III, cuando se plantea el proyecto a iniciativa privada de Carlos Martinengo. Él costearía las obras, pero a cambio obtendría una serie de facilidades y ciertas concesiones. Así, en 1770, el rey concedió los permisos y privilegios necesarios a Martinengo y compañía mediante Real Cédula.

Casas, esclusas, molinos, hornos, puentes, gallipuentes dan forma al Real Canal del Manzanares. Todo ello jalona el curso de un cauce de aguas sacadas del Manzanares, atravesando lo que hoy conocemos como Parque Lineal del Manzanares por los municipios de Madrid (Usera, VillaVerde y Vallecas), Getafe y Rivas Vaciamadrid. Llegaron a ser 20 km, a partir del embarcadero en Madrid.

El proyecto de Isidro González Velázquez era seguir en paralelo el río, salvando los desniveles generados con 10 esclusas. El canal debía alcanzar Vaciamadrid y allí conectar con la Real Acequia del Jarama, de tiempos de Felipe II, que se reformaría para hacerla navegable y llegar así hasta Aranjuez. La construcción arrancó en 1771 en la margen izquierda del río Manzanares, partiendo de las inmediaciones del Puente de Toledo.

De la iniciativa privada al (ineficaz) manto real

Para aprovechar la fuerza hidráulica que suponía el desnivel de las esclusas se aprovechó para instalar molinos en las cuatro primeras. Esos molinos fueron casi todos de harina, salvo el de la primera esclusa que sirvió a la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro.

Conectar Madrid con el mar, a 600 km de distancia y con 650 m de diferencia de altitudes, sin duda fue una osadía"

Martinengo llegó hasta algo más allá de la novena esclusa, pero se arruinó dado el alto coste de las obras, que no avanzaban a la necesaria velocidad. Carlos III ordenó su incautación por interés público, "aunque los problemas financieros del país limitaron la actuación a simples gastos de mantenimiento de lo ya construido". Entonces sí era ya el Real Canal de Manzanares.

Después de 1799, tras el fracaso de la obra del Canal de Guadarrama, que debía aportar mucho caudal al Real Canal, la falta de inversión supuso su degradación, hasta el punto que dejó de ser navegable. En época de Fernando VII se hubo de ejecutar obras de reparación y se prolongó la obra hasta las inmediaciones del núcleo de Vaciamadrid, cerca del encuentro con el Jarama.

El fin del Real Canal

Pero el esfuerzo era ya poco. Al no haberse mantenido el dragado del cauce, la navegación se había interrumpido. El agua quedó estancada durante largo tiempo y como consecuencia se dieron problemas de salubridad. Y lo más importante, en 1848 se construyó la primera línea ferroviaria de la península ibérica, la que iba de Barcelona a Mataró. Ya nadie necesitaba ni canales no barcazas.

En 1860, tras apenas 90 años de vida, se decidió clausurar el Real Canal de Manzanares. Dos años más tarde, todo lo construido fue subastado por lotes: 50 sillares labrados, 100 piedras, 80 losas, 40 cargos de sillería tosca y 84 metros cúbicos de mampostería de pedernal y piedra loca. El tramo de cauce 'urbano' cercano a la ciudad se desecó y rellenó para siempre.

¿Cuánto queda hoy de aquella obra ambiciosa?

En la actualidad se conservan en relativo buen estado diferentes partes del canal. En el tramo 2 del Parque Lineal del Manzanares se encuentra lo que fuera el complejo de la Casa de la Cuarta Esclusa, hoy catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) por el Ayuntamiento de Madrid.

También son apreciables los restos arqueológicos de las esclusas desde la quinta hasta la décima y última, así como diferentes puentes y acueductos: el del Congosto, Cambroneras y Migueles-Hundimiento. También siguen en pie algunas construcciones de la época de Fernando VII que sirvieron para la construcción del Canal.

Periódicamente se organizan excursiones guiadas por los restos arqueológicos dentro del Parque Lineal del Manzanares. Sin embargo, desde septiembre de 2009, dado su deterioro por abandono, el canal se ha incorporado a la Lista Roja de Patrimonio en Peligro de la Asociación Hispania Nostra.