El barrio de Málaga que anuncian como el nuevo Soho: «Los jóvenes ya no pueden quedarse a vivir aquí»

A apenas diez minutos caminando de la céntrica calle Larios de Málaga hay un barrio conocido por su arte urbano que no es el Soho. Su carácter humilde y obrero lleva años cambiando drásticamente y, sus tradicionales mercadillos, tiendas de barrio y plazas llenas de vida y flores se están sustituyendo por fachadas repletas de candados para guardar las llaves de las viviendas vacacionales. Las calles por las que antes correteaban los niños ahora están invadidas por un trasiego continuo de maletas y palabras en otros idiomas. Hasta hace diez o quince años, este barrio, en el que viven unos 4.000 vecinos, era un oasis en medio del trasiego de turistas y los selfis, pero ahora sus pequeños bloques de edificios y casas tapiadas lo han convertido en un lugar perfecto para la especulación urbanística. Ahora los carteles de viviendas vacacionales y sus cajetines automáticos para las llaves ahogan cada vez más los murales de colores del barrio y amenazan con borrar su historia. De hecho, los alquileres turísticos, las inversiones de grandes fondos privados y la gentrificación están dando a lugar al éxodo forzado de sus vecinos, que con esfuerzo luchan para mantener sus casas y la esencia del vecindario. Esta zona, llamada Lagunillas , ahora enfrenta un proceso de cambio que preocupa a sus residentes. Como critica el usuario de la red social X @malagacuriosa, el aumento en los precios del metro cuadrado, que alcanzan una media de 5.000 euros, hace prácticamente imposible que los jóvenes puedan vivir allí. «Soy de los últimos vecinos de Las Lagunillas. Los jóvenes ya no pueden quedarse a vivir aquí, con estos precios tan elevados», expresa este malagueño. La situación ha llevado a que muchos jóvenes y familias de toda la vida se vean desplazados, mientras que los anuncios promocionan el barrio como «un vibrante barrio bohemio, el nuevo Soho, ideal para inversión» . «En su momento fue el Soho natural, con gente joven y artistas sin artificio creado como con lo que hoy día llaman Soho en Málaga, hecho a base de proyectos de dinero europeo y constructoras amigas del ayuntamiento. Hoy día otra zona para más apartamentos turísticos y franquicias» , añade otro usuario. Así, muchos de sus vecinos temen que la esencia cultural y la identidad del barrio se pierdan en el proceso. Por las calles de Lagunillas corrían, de pequeños, artistas como el pintor Pablo Ruiz Picasso o la abogada y política republicana Victoria Kent, la primera mujer española que intervino como abogada ante los tribunales y que nació en una de las casas de este vecindario . También músicos flamencos como Camarón , que pasó largas temporadas en el barrio, o el cantaor Miguel de los Reyes, oriundo de Lagunillas, contribuyeron a darle ese aura artística que hoy teme perder. Aunque a principios de siglo Lagunillas estaba muy degradado y prácticamente abandonado por el Ayuntamiento, el pintor madrileño afincado en Málaga Miguel Chamorro se planteó la opción de revitalizar con los vecinos algunos solares abandonados. Así comenzó este cambio gracias al que, poco a poco, las acciones vecinales han ido reconstruyendo el barrio, llenando sus solares vacíos de plantas y vida, convirtiendo sus calles en un lienzo al aire libre y sacándolo de la marginalidad. El presidente de la Asociación Lagunillas y de uno de los bancos de alimentos de la zona, Curro López, asegura que la situación del barrio es « crítica ». «Debido a la subida de los precios, los que no se han mudado tienen que elegir entre pagar el alquiler o comer», afirma antes de comentar, con una mezcla entre preocupación e indignación, que ha visto a gente desmayarse de hambre a las puertas del banco de alimentos y mujeres con niños a punto de ser desahuciadas. Este activista, que se deja la piel para luchar contra la exclusión social, pide que los partidos políticos dejen a un lado sus diferencias, regulen «urgentemente» la vivienda turística y tengan en cuenta a los trabajadores malagueños. «Tienen que pensar que un camarero tiene que dormir por la noche . No puedes tener a una persona trabajando a jornada completa y viviendo en Coín -un pueblo a 35 kilómetros de la capital-, porque además de que no compensa a nivel económico, el día tiene 24 horas y no salen las cuentas», lamenta. Recuerda que no están en contra del turismo , sino que apuestan por que sea de calidad y la especulación inmobiliaria no fuerce a los vecinos a dejar sus casas por la subida de precios y la disminución de los alquileres de larga duración.

May 12, 2025 - 20:56
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El barrio de Málaga que anuncian como el nuevo Soho: «Los jóvenes ya no pueden quedarse a vivir aquí»
A apenas diez minutos caminando de la céntrica calle Larios de Málaga hay un barrio conocido por su arte urbano que no es el Soho. Su carácter humilde y obrero lleva años cambiando drásticamente y, sus tradicionales mercadillos, tiendas de barrio y plazas llenas de vida y flores se están sustituyendo por fachadas repletas de candados para guardar las llaves de las viviendas vacacionales. Las calles por las que antes correteaban los niños ahora están invadidas por un trasiego continuo de maletas y palabras en otros idiomas. Hasta hace diez o quince años, este barrio, en el que viven unos 4.000 vecinos, era un oasis en medio del trasiego de turistas y los selfis, pero ahora sus pequeños bloques de edificios y casas tapiadas lo han convertido en un lugar perfecto para la especulación urbanística. Ahora los carteles de viviendas vacacionales y sus cajetines automáticos para las llaves ahogan cada vez más los murales de colores del barrio y amenazan con borrar su historia. De hecho, los alquileres turísticos, las inversiones de grandes fondos privados y la gentrificación están dando a lugar al éxodo forzado de sus vecinos, que con esfuerzo luchan para mantener sus casas y la esencia del vecindario. Esta zona, llamada Lagunillas , ahora enfrenta un proceso de cambio que preocupa a sus residentes. Como critica el usuario de la red social X @malagacuriosa, el aumento en los precios del metro cuadrado, que alcanzan una media de 5.000 euros, hace prácticamente imposible que los jóvenes puedan vivir allí. «Soy de los últimos vecinos de Las Lagunillas. Los jóvenes ya no pueden quedarse a vivir aquí, con estos precios tan elevados», expresa este malagueño. La situación ha llevado a que muchos jóvenes y familias de toda la vida se vean desplazados, mientras que los anuncios promocionan el barrio como «un vibrante barrio bohemio, el nuevo Soho, ideal para inversión» . «En su momento fue el Soho natural, con gente joven y artistas sin artificio creado como con lo que hoy día llaman Soho en Málaga, hecho a base de proyectos de dinero europeo y constructoras amigas del ayuntamiento. Hoy día otra zona para más apartamentos turísticos y franquicias» , añade otro usuario. Así, muchos de sus vecinos temen que la esencia cultural y la identidad del barrio se pierdan en el proceso. Por las calles de Lagunillas corrían, de pequeños, artistas como el pintor Pablo Ruiz Picasso o la abogada y política republicana Victoria Kent, la primera mujer española que intervino como abogada ante los tribunales y que nació en una de las casas de este vecindario . También músicos flamencos como Camarón , que pasó largas temporadas en el barrio, o el cantaor Miguel de los Reyes, oriundo de Lagunillas, contribuyeron a darle ese aura artística que hoy teme perder. Aunque a principios de siglo Lagunillas estaba muy degradado y prácticamente abandonado por el Ayuntamiento, el pintor madrileño afincado en Málaga Miguel Chamorro se planteó la opción de revitalizar con los vecinos algunos solares abandonados. Así comenzó este cambio gracias al que, poco a poco, las acciones vecinales han ido reconstruyendo el barrio, llenando sus solares vacíos de plantas y vida, convirtiendo sus calles en un lienzo al aire libre y sacándolo de la marginalidad. El presidente de la Asociación Lagunillas y de uno de los bancos de alimentos de la zona, Curro López, asegura que la situación del barrio es « crítica ». «Debido a la subida de los precios, los que no se han mudado tienen que elegir entre pagar el alquiler o comer», afirma antes de comentar, con una mezcla entre preocupación e indignación, que ha visto a gente desmayarse de hambre a las puertas del banco de alimentos y mujeres con niños a punto de ser desahuciadas. Este activista, que se deja la piel para luchar contra la exclusión social, pide que los partidos políticos dejen a un lado sus diferencias, regulen «urgentemente» la vivienda turística y tengan en cuenta a los trabajadores malagueños. «Tienen que pensar que un camarero tiene que dormir por la noche . No puedes tener a una persona trabajando a jornada completa y viviendo en Coín -un pueblo a 35 kilómetros de la capital-, porque además de que no compensa a nivel económico, el día tiene 24 horas y no salen las cuentas», lamenta. Recuerda que no están en contra del turismo , sino que apuestan por que sea de calidad y la especulación inmobiliaria no fuerce a los vecinos a dejar sus casas por la subida de precios y la disminución de los alquileres de larga duración.