Cuándo un perro tiene que tomar medicación psiquiátrica y qué cuidados hay que tener
Se les puede suministrar estos fármacos también a los gatos; solo se utilizan cuando la química del cerebro del animal está alterada y necesita intervención

Hay un fenómeno que tomó auge en países como Estados Unidos, España y Singapur: el uso de medicina psiquiátrica en perros y gatos. Con el avance de la medicina veterinaria, los animales de compañía son diagnosticados con condiciones que antes se creían exclusivas de los seres humanos, como ansiedad, depresión e incluso comportamientos obsesivo-compulsivos.
Según el médico veterinario Nicholas Dodman, profesor emérito de la Universidad de Tufts, “no se trata simplemente de mascotas traviesas o maleducadas, sino de condiciones clínicas reales en donde la química del cerebro del animal está alterada y necesita intervención para superar condiciones emocionales”. Sin embargo, como también menciona el profesional, “no se trata de automedicar a las mascotas cuando ladran constantemente”, sino que deben considerarse como alternativas cuando ya se han agotado otros recursos.
En este sentido, la etóloga veterinaria Andrea Torres menciona que “vale la pena hacer un diagnóstico etológico y comportamental profundo de las mascotas antes de administrar cualquier fármaco que ayude a mejorar ciertos comportamientos”.
Además, agrega: “Si bien las medicinas que se emplean son seguras, nunca se debe automedicar a las mascotas ni con estas ni con cualquier producto veterinario por más seguro que parezca o por más fácil de conseguir que pueda ser”.
¿En qué casos aplica el uso de medicina psiquiátrica en animales?
Existen diferentes condiciones en las mascotas que podrían requerir medicina psiquiátrica; de hecho, ya existen algunas medicinas de uso veterinario. Sin embargo, la evolución de este tipo de terapias aún no es comparable con los avances en la medicina humana, razón por la cual se experimentó con medicinas de uso humano.
Las condiciones más frecuentes en las mascotas son:
- Trastornos obsesivos compulsivos (TOC). Hace referencia a las conductas de carácter repetitivo que no tienen un propósito definido, que no se pueden controlar y que afectan la calidad de vida y el bienestar de las mascotas. Aquí pueden encontrarse comportamientos como perseguirse la cola, ladrar constantemente, succionarse el flanco, lamer el aire o tomar agua de manera compulsiva.
- Ansiedad por separación. Se observa principalmente en aquellas mascotas que experimentan ansiedad, estrés y pánico cuando se quedan solos en casa. Como resultado de esta condición, el animal ladra excesivamente, destruye objetos o se autolesiona.
- Miedos extremos. Se dan frente a estímulos como pirotecnia, tormentas, visitas al médico veterinario, entre otros.
Aunque la gran mayoría de los médicos veterinarios están de acuerdo con que las ventajas del uso de este tipo de medicamentos superan las desventajas o los riesgos, también concuerdan en que estas deben ser usadas de manera responsable e informada.
Por esto, los expertos recomiendan acudir a consulta veterinaria para instaurar un plan de diagnóstico y tratamiento adecuado, y recurrir a este tipo de medicinas como última opción.
Por Gabriel García