Cómo conseguir ser realmente felices y regular nuestro estrés según un estudio de Harvard

Alcanzar la felicidad es, para la gran mayoría, ese objetivo que desean con fuerza en su día a día. Por ello, no resulta extraño que entre los libros más vendidos en España siempre se encuentren títulos como ‘Cómo hacer que te pasen cosas buenas’, de Marián Rojas Estapé. O que las frases de esta médico especializada en psiquiatría se conviertan en virales en las redes sociales.

Conseguir ser realmente felices es uno de nuestros mantras y, lograrlo o no, depende mucho del estrés y cómo nos comportamos antes esas situaciones difíciles o tensas a las que nos enfrentamos a diario. Por ello, esto ha sido objeto de infinidad de estudios que tratan de arrojar luz y conocer las claves para ser más felices a lo largo de nuestra vida.

En 2015, la Universidad de Harvard publicó los resultados de una investigación dirigida por el psiquiatra Robert Waldinger en la que estudiaron a cientos de personas durante toda su vida adulta, desde la adolescencia hasta su vejez. En ella, se llegó a la conclusión de que las personas más felices son aquellas que están rodeadas de conexiones reales y cálidas con los demás. Es decir, destaca la importancia de las relaciones interpersonales de calidad como pilares esenciales para una vida plena y equilibrada. Algo que superaba, incluso, a factores como la riqueza o la fama en su impacto en la felicidad y la salud a largo plazo.

¿Qué debemos hacer para alcanzar la felicidad?

Para alcanzar la felicidad parece que no hay que hacer grandes cosas, ni alcanzar elevadas metas, sino que basta con estar bien rodeado de la gente que quieres. Y es que, según confirma este estudio de Harvard que hemos mencionado anteriormente, las relaciones cálidas no solo aportan bienestar, también parecen mantener a las personas físicamente más fuertes. Incluso el cerebro se vuelve más agudo. Los expertos también observaron que estas personas son menos vulnerables a la depresión, tienen menos probabilidades de sufrir diabetes y enfermedades cardíacas y, en caso de ponerse enfermos, se recuperan más rápido de lo normal.

Otro factor importante es que tener una red de confianza a tu alrededor y sentirte querido consigue retrasar el envejecimiento y el deterioro cognitivo, por lo que son claves en la vida de las personas. Y es que estas conexiones con la gente que te rodea actúan como amortiguadores frente al estrés, proporcionando apoyo emocional y fomentando hábitos de vida saludables. Por el contrario, las relaciones conflictivas o superficiales pueden incrementar los niveles de estrés y afectar negativamente la salud.

Eso sí, se trata de relaciones de calidad, no de cantidad. Robert Waldinger, director actual del estudio de la Universidad de Harvard, recalca que tener una o dos relaciones en las que podamos confiar plenamente es más beneficioso que mantener numerosas conexiones superficiales. Y añade que las conexiones sociales no solo influyen en nuestra salud mental, sino también en nuestra salud física. La sensación de soledad y aislamiento puede tener efectos perjudiciales en nuestra salud cardiovascular y en nuestro sistema inmunológico.

En definitiva, invertir en nuestras relaciones personales y en nuestro bienestar emocional es la clave para alcanzar la felicidad y, sobre todo, tener una vida más plena y saludable.

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