China levanta el veto a las entregas de Boeing tras la tregua comercial con EEUU
China ha levantado el veto que impedía a las aerolíneas del gigante asiático recibir aviones de Boeing tras la tregua comercial con Estados Unidos para reducir durante 90 días sus aranceles recíprocos.

En base a la información adelantada por 'Bloomberg', las autoridades de Pekín han comenzado a informar a las aerolíneas nacionales y a las agencias gubernamentales que pueden reanudar las entregas de aviones fabricados en Estados Unidos.
Es más, según este medio, que cita a personas familiarizadas con el asunto, han pedido a las compañías que organicen las entregas según sus propios plazos y condiciones.
Una decisión que supondrá un impulso inmediato para Boeing, aunque la reanudación de las entregas de aviones podría ser efímera si la guerra arancelaria no se resuelve durante el periodo de tregua acordado.
Y es que, tal y como explica Ipek Ozkardeskaya, analista sénior de Swissquote Bank, "las conversaciones podrían interrumpirse en cualquier momento, ya que la disociación estratégica entre EEUU y China continuará por razones de seguridad nacional, lo que mantiene la presión sobre sectores clave, como el de los semiconductores".
Con todo, hay que destacar que Estados Unidos y China han acordado una reducción temporal del 115% a sus aranceles recíprocos durante 90 días, y seguirán negociando un acuerdo comercial más amplio durante este periodo.
Los aranceles combinados del 145% que aplica Estados Unidos a la mayoría de las importaciones chinas se reducirán al 30%, incluida la tasa vinculada al fentanilo, antes del 14 de mayo, mientras que los aranceles chinos del 125% sobre los productos estadounidenses bajarán al 10%, según han confirmado ambas potencias en un comunicado conjunto.
Cabe recordar que fue el pasado mes de abril cuando el Gobierno de China ordenaba a las aerolíneas del país que dejasen de recibir aviones del fabricante estadounidense Boeing, en medio de la guerra comercial entre Washington y Pekín. La orden del Ejecutivo también prohibía a las compañías adquirir partes o repuestos para sus aeronaves procedentes de fabricantes estadounidenses, a los que accederían a un precio mayor al habitual debido a los aranceles.