Bronca en el Congreso tras acusar Yolanda Díaz a Feijóo de justificar la violencia machista
Sin la presencia de Pedro Sánchez en el Hemiciclo, Alberto Núñez Feijóo se limitó a seguir la sesión de control desde la barrera, pero eso no le evitó recibir los ataques desde los sillones azules del Gobierno. Fue en concreto Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera, la que le acusó de «justificar la violencia machista». Palabras que encendieron a la bancada popular, cuyas protestas trató de aplacar con violencia el diputado Txema Guijarro. En un primer lugar, el compañero de Díaz en Sumar, comenzó dando golpes con fuerza en su escaño, en un intento por aplacar las protestas de los populares. No contento con eso, elevó la voz para pedir a Francina Armengol que interviniera. También sin éxito. Como el rifirrafe continuó, porque Díaz insistió en sus acusaciones, Guijarro tampoco se aplacó, al contrario. Su actuación continuó con gestos soeces – incluida una peineta por debajo del escaño que pudo verse con claridad desde la tribuna de prensa, y un insulto dirigido a uno de los diputados del PP, que fuentes de esa formación reprodujeron a este diario de la siguiente forma: «Le ha dicho 'me cago en tu puta madre' y le ha amenazado». Gestos más propios de la calle que del Congreso de los Diputados. El episodio fue aplacado por Armengol, mientras compañeros de bancada de Guijarro le pedían calma, algo que finalmente consiguieron. Una imagen de otros tiempos que refleja la crispación en la vive la política española.
Sin la presencia de Pedro Sánchez en el Hemiciclo, Alberto Núñez Feijóo se limitó a seguir la sesión de control desde la barrera, pero eso no le evitó recibir los ataques desde los sillones azules del Gobierno. Fue en concreto Yolanda Díaz, vicepresidenta tercera, la que le acusó de «justificar la violencia machista». Palabras que encendieron a la bancada popular, cuyas protestas trató de aplacar con violencia el diputado Txema Guijarro. En un primer lugar, el compañero de Díaz en Sumar, comenzó dando golpes con fuerza en su escaño, en un intento por aplacar las protestas de los populares. No contento con eso, elevó la voz para pedir a Francina Armengol que interviniera. También sin éxito. Como el rifirrafe continuó, porque Díaz insistió en sus acusaciones, Guijarro tampoco se aplacó, al contrario. Su actuación continuó con gestos soeces – incluida una peineta por debajo del escaño que pudo verse con claridad desde la tribuna de prensa, y un insulto dirigido a uno de los diputados del PP, que fuentes de esa formación reprodujeron a este diario de la siguiente forma: «Le ha dicho 'me cago en tu puta madre' y le ha amenazado». Gestos más propios de la calle que del Congreso de los Diputados. El episodio fue aplacado por Armengol, mientras compañeros de bancada de Guijarro le pedían calma, algo que finalmente consiguieron. Una imagen de otros tiempos que refleja la crispación en la vive la política española.
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