Bergamín: cangrejo cocido

José Bergamín (1895-1983) era hijo de una familia bien malagueña. Su padre fue diputado y ministro de la Restauración. Su madre, fervorosa católica, le legó una fe que llevará por bandera como una más de sus contradicciones. Católico y estalinista. Giménez Caballero sintetizó el tema: “el muy ladino” de Bergamín ha “sabido encender una vela... Leer más La entrada Bergamín: cangrejo cocido aparece primero en Zenda.

Mar 15, 2025 - 00:40
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Bergamín: cangrejo cocido

El mismo reconocía que no había por donde cogerlo, que era un cangrejo cocido. Jorge Freire lo incluye en su listado de “extrañados”, escritores que no encontraron nunca su sitio, siempre a disgusto, incómodos. Creador del bello término de “la España peregrina”, funesto, como buen español, y, también como buen español, antiespañol, parece que solo estuvo a gusto en la España más cruel y violenta. Él dijo que solo fue feliz hasta la guerra.

José Bergamín (1895-1983) era hijo de una familia bien malagueña. Su padre fue diputado y ministro de la Restauración. Su madre, fervorosa católica, le legó una fe que llevará por bandera como una más de sus contradicciones. Católico y estalinista. Giménez Caballero sintetizó el tema: “el muy ladino” de Bergamín ha “sabido encender una vela a Cristo y un cohete a la estrella de Marx”. Él contestó en su momento: “Con los comunistas, hasta la muerte; pero no más allá”.

"Su padre fue diputado y ministro de la Restauración. Su madre, fervorosa católica, le legó una fe que llevará por bandera como una más de sus contradicciones. Católico y estalinista"

“Qué largo, qué delgado, qué estirado se está poniendo Bergamín”, dijo de él Juan Ramón Jiménez cuando era casi un adolescente bajo su protectorado. Amigo de Valle, de Alfonso Reyes, de los Machado, de Ramón Gómez de la Serna, aparece al lado de este último en el famoso cuadro de Solana que refleja la fundación de la tertulia del café Pombo.

Estudió Derecho y escribió en la revista Índice de Juan Ramón. Amigo íntimo de Unamuno, se le incluye en la generación del 27, pero él prefería llamarla “Generación de la República”. El cohete y la estrella (1923), una colección de aforismos, fue su primer libro. Casado con una hija de Carlos Arniches, la II República lo hará en 1931 director general de Seguros a las órdenes de Largo Caballero, ministro de Trabajo.

En 1933 funda Cruz y Raya, “revista del más y del menos” o “de la afirmación y la negación”, financiada por los jesuitas, en la que colaboran los mejores poetas del 27 y muchos de los escritores de Falange. También en 1933 publica Mangas y capirotes, en el que interpreta el teatro barroco del siglo XVII.

"Dice Trapiello que fue, junto con Machado y Alberti, el poeta más importante del bando republicano durante la guerra"

Dice Trapiello que fue, junto con Machado y Alberti, el poeta más importante del bando republicano durante la guerra, cuando presidió la Alianza de Intelectuales Antifascistas. Logra entonces la sede para España del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (1937) e interviene en el encargo del Guernica a Picasso con motivo de la Exposición Internacional de París de ese mismo año.

Escribe durante la guerra en las revistas militantes El Mono Azul, Hora de España y Cuadernos de Madrid. Se pasea con mono y pistola al cinto, mientras en la primera de las revistas mencionadas se publicaba una sección anónima titulada “A paseo”, que muchos le atribuían, y él nunca lo negará, donde se denunciaba a escritores de derechas escondidos en Madrid como Sánchez Mazas o Giménez Caballero.

"Volvió a España en 1958, con el aval de Pemán, al que tanto había atacado en su momento"

Al exilio se lleva un ejemplar de Poeta en Nueva York que le había regalado Federico poco antes de ser asesinado. Pasará por México, donde funda la revista España Peregrina y la Editorial Séneca, en la que publicará obras de Lorca, Machado, Alberti o Cernuda, y estrena varias obras teatrales propias. Luego llegaría Venezuela, Uruguay y Francia, un peregrinar infinito, un infierno, como él lo califica en una entrevista.

Volvió a España en 1958, con el aval de Pemán, al que tanto había atacado en su momento. En 1963 firma un manifiesto contra la represión a los mineros asturianos, lo que, unido a una polémica en prensa con Juan Ignacio Luca de Tena, llevará a Manuel Fraga a promover su expulsión del país. Volverá, definitivamente, en 1970.

Obsesionado por la tauromaquia, pasión que plasmó en La música callada del toreo (1989), sigue a Rafael de Paula, “el torero gitano”, por las plazas de España: “Sólo creo en un milagro. Se llama Rafael de Paula”.

"Inadaptado, anhelando una izquierda rupturista con el nuevo régimen, acabó simpatizando con Herri Batasuna y, con una empanada mental colosal"

Vivía en un ático sin ascensor cercano al palacio de Oriente, al que subía recitando sonetos que debían concluir justo en el momento en el que giraba la llave que le daba entrada a casa. Rehuyó de los honores de la nueva democracia, con los que sentía que pretendían domesticarlo. Inadaptado, anhelando una izquierda rupturista con el nuevo régimen, acabó simpatizando con Herri Batasuna y, con una empanada mental colosal, se fue a vivir al País Vasco. Allí falleció, pobre y solitario, creyendo ver la autenticidad del pueblo en las herriko tabernas. Su féretro lo cubrió una ikurriña y sonó el “Eusko gudariak” como banda sonora postrera. “Desengáñate; lo que este país necesita es otra guerra civil, pero que esta vez ganen los buenos”, le dijo a Savater poco antes.

Dice Umbral que sus versos lo acercan más a Unamuno que al 27, que aparte de un marginado político, como terminó sus días, más que un exiliado de la guerra, de la Iglesia y del propio exilio, es un exiliado del 27. “El drama callado de su vida”.

VÍDEO: ENRIQUE MORENTE CANTA VERSOS DE BERGAMÍN

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